Así fue el show de Marilina Bertoldi en Plaza de la Música

La artista dio un concierto demoledor

 

Así la artista brindó un show de una hora y cuarenta bañado en psicodelia, zapadas, trances, agite e intimidad. Siempre apoyada en una banda sumamente sólida y aplomada compuesta por:  Ivanna Rud (guitarra), Juan Manuel Segovia (bajo y parte de la producción de Mojigata), Eduardo Giardina (batería) y Luciana Torfano (guitarra), a la que ella se sumó como guitarrista, pianista, y cantante.

Pasadas las 20:30, cuando afuera aún había media cuadra de cola que avanzaba muy lento en busca de entradas, sumado a gente que ya las había adquirdo y no podía obtener su código para ingresar; adentro se materializó el primer tema de esta presentación oficial de disco que, por otra parte, significó el primer desembarco de la artista en Plaza de la Música con un show individual. Intro, Es Poderoso y Vivo Pensando marcaron la trilogía inicial, en el mismo orden que están dispuestos en el álbum.

El vestuario terminó por conceptualizar este viaje a la parte psicodélica del rock: chaqueta marrón con vuelos blancos súper hendrixianos y una pollera-pantalón gitana roja adornaron su figura enrulada, tan delgada como expresiva y sensual.

Pegadas y sin mediar palabra siguieron La Cena y Cosa Mía (con su poderoso riff) para completar el quinteto incial de Mojigata. Claro Ma interrumpió el sendero conceptual y marcó una de las primeras ovaciones fuertes de la noche. Un punto a destacar, además de las notables intervenciones de los músicos, fue la idea de apostar por lo momentos de culegue, por el trance, por no dejarse ganar por la inmediatez que exige la industria del entretenimiento actual.  Por eso el stoner, la psicodelia y el funk fueron el núcleo central- Todos estos estilos con los matices necesarios que también ofrece Marilina, como la baladas y el pop.

En modo intimista sonó Remis, que tuvo a la artista sola con su guitarra. Para luego dedicarle el show a su mayor influencia, a quien mencionó como su «cordobesa favorita»:  su abuela Potota, que le enseñó a tocar el piano de muy chica y que perdió hace unos meses.  Esa idea de buscar un clima más íntimo tuvo otro momento en Amuleto, el único feat de su trayectoria que cuenta con Javiera Mena como invitada, en el que La Jefa se sentó en el piano para matizar y luego la banda se incorporó a medida que se desarrolló la canción.

El intercambio con la audeincia fue justo y necesario: «Gracias Córdoba, te merecés todo» y no mucho más. La intención fue que la música hable por sí misma. Así Fumar de Día, convertido ya en un clásico levantó al público por los aires y esa chilangada entre Plastilina Mosh y Molotov llamada Pucho soltó a la artista en modo frontwoman agitando contra esos festivales en los que, hasta para entrar al baño, tenés que avisarle a la cana.  Ambos separados por el mid tempo de Suhi en Lata y Beso. 

La arremetida final vino con Deshacer, Racat y Moma que terminaron con la Plaza convertida en lava volcánica, y la cantante como una fiera lunática arrojada de espalda contra las vallas para estremecer su garganta al límte . La audiencia celebró el concierto ante una banda que se abrazó para dar las gracias, mientras quedaba sonando una música funcional como código de que todo había terminado ahí, cerca de las 22 horas.

Marilina Bertoldi en Plaza de la Música

En suma, la presentación oficial de Mojigata que hizo Marilina Bertoldi en Córdoba fue un paseo por la psicodelia, un viaje por lo más crudo del rock para quienes encuentran en la música el sosiego y el éxtasis de este mundo hostil. Las más de 2 mil personas que asistieron (niños, adolescentes, jóvenes, adultos) le ofrendaron sus aplausos, algunas botellas de agua y hasta una camiseta a manera de agradecimiento. Antes que nada, Marilina Bertoldi es rock y ahora va por un nuevo hito: el Luna Park.

Por Santiago Ramos

PH: Nicolás Papa

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