“Salgo con alguien que no quiere usar preservativo”

Como todas las semanas en Notify hablamos con nuestra sexologa de confianza, la Licenciada Noelia Benedetto sobre la erotización de los métodos de barrera.

La mayoría de las personas tiene encuentros sexuales por motivos relacionados al placer. Entonces ¿estaríamos dispuestas a tener sexo sin o con menos placer? ¿Por qué el uso de preservativos se asocia a priori a algo que resta a lo placentero?

“Me la baja, me seca, me jode”. Argumentos y justificativos múltiples para no utilizar métodos de barrera, ya sean condones o campos profilácticos: “me aprieta, siento menos, se me baja, es incómodo, no es práctico, el olor o material no me gusta, no estoy acostumbrado/a, quiero sentir la piel, el olor o contacto con los fluidos”. Quizás hay que hacer la operación reversa, y pensar en que el no uso implica una merma en el placer y no al revés: ponderarlo como un elemento erótico, un sex toy más del mercado.

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Es positivo verbalizar e identificar los inconvenientes que podemos sentir en nuestras relaciones sexuales, pero siempre hay que poner en la balanza los costos y beneficios.

La importancia del preservativo

La realidad es que los preservativos reúnen varias bondades: son no invasivos, portátiles, el único método preventivo de ITS y anticonceptivo a la vez.

Suele suceder que muchas personas refieren una especie de portación de rostro en esta área: “con X no hay que cuidarse porque no tiene cara de tener una ITS”, porque “tenemos confianza” o bien porque “es una persona limpia”. Las ITS no siempre se ven (asintomáticas) y no importa cuánto conozcas o confíes en las personas, no vas a saber a priori si hay probabilidades de transmisión de una infección.

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Depositar garantías en “confianza” o el “yo sé con quién salgo” no tienen la seguridad que tiene un análisis y control de salud, o bien usar regularmente métodos de barreras en todas las prácticas sexuales que involucren boca, ano y genitales.

¿Qué hacer si no quiere usarlo?

Sale nuevamente la carta de la charla incómoda pero necesaria.

En principio escuchar los motivos para no usarlo. Puede deberse a malas experiencias anteriores, dificultades sexuales, molestias, talle, grosor, material o bien el tamaño del prepucio en el caso de una persona peneportante: si su prepucio es muy grande, por eso la importancia de la consulta médica para chequear que no tenga fimosis o parafimosis. Todo lo anterior es revisable, hay múltiples versiones de preservativos para penes; a los campos profilácticos hay que construirlos. Para las personas que conviven con alergia al látex la opción es el material poliisopreno.

Luego, explicar por qué es importante para vos usar el preservativo más allá de los riesgos o funciones preventivas: respeto, consenso, consentimiento, la relevancia de estar cómoda en el sexo y, el alivio que conlleva saberse cubierta y cuidada en aspectos de nuestra salud sexual.

Por otro lado, no mutearse por pensar que alguien nos va a elegir más por acceder a no usarlo o nos va a dejar de elegir por pedir que sí o sí se utilice. Nadie debería obligarnos a hacer algo que no queremos, o que sí queremos pero no de esa forma desprotegida. No es no, no importa cuándo leas esto.

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Puede sumar a la erotización el convertirlo en un juego: en el caso del preservativo que lo coloque la otra persona, o entre las personas que estén, un diálogo que invite al uso desde un lugar de seducción, colocarlo con la boca puede ser otra posibilidad (pero no lo abran con los dientes), utilizar los diferentes tipos que hay en el mercado (texturados, ultra finos, saborizados) y sumarle por fuera lubricante, siempre de base acuosa para que no dañe el material si es de látex; para que “no se corte el momento”, o bien no quede un bache en lo que se estaba haciendo que genere ansiedad o presión. 

Metodos de barrera

El uso de métodos de barrera no es opcional, no es algo que se pueda negociar como sí se acuerdan las diferentes prácticas o momentos. Proteger nuestra salud y la de las personas con las que estamos, prevenir una decisión reproductiva no planificada es un acto político: si no hay cuidados, no hay placer posible.

El sexo seguro y satisfactorio tiene que ver con la responsabilidad del cuidado hacia une misme y hacia el otre. Si utilizo métodos de barrera, voy a poder aumentar mi disponibilidad hacia experimentar placeres, ya que me alivio de preocuparme por los márgenes de posibilidad de eventos indeseados tanto para mi salud como la de las que comparto.

Además, si alguien se rehúsa a cuidarme/se, nos condiciona a tener que estar pidiendo, discutiendo, renegando o rogando en muchos casos, a que acceda, quitando todo erotismo al auto: “que nos cuiden excita y erotiza”.

La columna de la Lic. Noelia Benedetto es auspiciada por PLAYBOYS CONDOMS, explorá con #modoplayboy.

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