¿Soy Bisexual?

En su columna semanal, la Licenciada Noelia Benedetto nos habla los vínculos heteromonogámicos y bisexualidad. “Estoy casada con un varón, tengo ganas de estar con una chica de nuevo ¿Qué hago? ¿Soy bisexual?”.

Como todas las semanas en Notify hablamos con nuestra sexologa de confianza, la Licenciada Noelia Benedetto sobre los vínculos heteromonogámicos y bisexualidad.

El pasado 23 de septiembre fue el Día internacional de la Visibilidad Bisexual.  Frente a la imposición que considera a la homosexualidad o la heterosexualidad como únicas posibilidades y que describe a las personas bisexuales como confunidas o indefenidas, resulta muy importante celebrar este día y aclarar ciertas cuestiones.

Orientación afectiva vs orientación sexual

Lo primero que se debe diferenciar es orientación afectiva de orientación sexual. La orientación afectiva se refiere a los modelos de orientación vincular y emocional basados en el género de otras personas. Mientras que la orientación sexual se refiere a los modelos de orientación en el plano erótico-sexual.

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La bisexualidad puede ser pensada como una identidad política y como una orientación. No es una categoría estática.

Entonces, si la planteamos como una orientación, la bisexualidad es una orientación sexual. Son personas que se orientan sexualmente tanto hacia personas de su mismo género o de otros géneros, no necesariamente es una categoría binaria. “Bi” no hace referencia a varones y mujeres, sino a igual y diferente.

Una persona birromántica es aquella que se ha sentido orientada afectivamente, o se ha enamorado de personas de su misma identidad de género o de otras identidades de género.

Fluidez sexual

Lisa Diamond plantea el concepto de fluidez sexual; definida como la capacidad que tienen algunas personas de desarrollar atracciones no determinadas por tu orientación o por el género de la otra persona, que pueden no mantenerse.

La fluidez sexual significa flexibilidad dependiente de la situación, la cual hace posible que algunas experimenten deseos por personas del mismo o distinto género bajo ciertas circunstancias, sin tener en cuenta su orientación sexual general.

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La categoría que una persona utiliza para nombrar su orientación afectiva o sexual o atracción (fluidez sexual) depende de ella y cómo define la misma también se basará en sus sentimientos, perspectivas, fantasías y experiencias. Entender cuál es tu orientación sexual puede ser muy difícil, limitante, tomar años y cambiar con el tiempo. También, tu orientación puede no estar dentro de categorías cerradas, ya que las mismas nunca serán tan diversas como las personas y sus sexualidades.

Mitos acerca de la bisexualidad

  • La bisexualidad es una orientación sexual más allá de que tu identidad sea cis, trans o no binaria.
  • No es una fase, moda, curiosidad, confusión, un período exploratorio, de experimentación o de indecisión.
  • No es necesario haber tenido encuentros sexuales para corroborar que sos bisexual. La orientación no se define por la persona que elegimos como vínculo, ni tampoco es necesario que una persona bisexual tenga experiencias afectivas o sexuales con personas de igual y diferente género.
  • La orientación va más allá de la experiencia, incluyendo: deseo, atracción, fantasías y el imaginario de cada persona.
  • No abandonás la bisexualidad por tener vínculos con personas de un género en particular durante un período o toda la vida.
  • Las personas bisexuales no son “homosexuales de closet”
  • No necesariamente les gusta hacer tríos o tener vínculos no mono. La bisexualidad no está relacionada con la marca moral de la “promiscuidad”. Es un estigma muy resonado en el biodio (discriminación o el odio hacia las personas bisexuales, así como la negación o invisibilización de su existencia). El número de encuentros sexuales o la libido no está vinculado a una orientación determinada. Lo mismo ocurre con la modalidad vincular. No son más infieles que otras y no son una ventaja para cumplir fantasías de terceros para sexo grupal.

Mientras en las socializadas mujeres, la bisexualidad es más “aceptada” e incluso promovida como deseable, en los socializados varones es negada y estigmatizada. Este doble estándar influye o se ve influido considerablemente  en las actitudes sociales del resto de la población, donde motivan e hipersexualizan a la mujer bisexual e invalidan al hombre bisexual, tildándolo muchas veces de “gay reprimido”.

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Todo lo anterior está relacionado a la orientación de la persona, pero en esta consulta se incluyen aspectos relacionados al contrato vincular monogámico… ¿Qué hacer? En principio, si se quiere, hablarlo con la pareja y evaluar la posibilidad de recontratar la exclusividad sexual y/o afectiva, siempre que se pueda desde el consenso y el consentimiento. Esto no asegura una apertura o un “permitido”, no hay fórmulas mágicas; el hecho de compartir esta información es una decisión personal.

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