Explorando el autoerotismo: una práctica sexual reconsiderada

Desde su historia hasta su significado contemporáneo, exploramos cómo esta práctica se relaciona con el autoconocimiento, la intimidad y la diversidad sexual, desafiando tabúes y promoviendo la aceptación personal.

Por Lic. Noelia Benedetto -MP 8136-. Psicóloga y sexóloga con perspectiva de género. Terapeuta de vínculos sexo afectivos.

En esta era de sexualidades de alto rendimiento, es crucial abordar temas que tradicionalmente han sido considerados tabú. Uno de estos temas es el autoerotismo, una práctica que ha despertado curiosidad, prohibición y, en ocasiones, estigmatización.

La evolución del pensamiento médico sobre la masturbación

En 1758, Tissot argumentó que el semen era un fluido corporal vital y que la masturbación era la forma más perjudicial de perderlo, iniciando así una cruzada contra la práctica que duraría más de 200 años. En el siglo XIX, las teorías médicas sobre los efectos perjudiciales de la pérdida de semen para la salud estaban firmemente arraigadas. Los galenos advertían que la masturbación no solo era peligrosa, sino que podía resultar mortal. Kellogg, en 1900, argumentaba que la masturbación podía causar una variedad de enfermedades, desde cáncer de útero hasta epilepsia, locura y disfunción eréctil. Para evitar la autoestimulación, recomendaba la circuncisión sin anestesia como método más efectivo, ya que el malestar prolongado durante varias semanas interrumpiría la práctica.

Si eran mujeres quienes se masturbaban con regularidad, Kellogg recomendaba quemar el clítoris con fenol como un “excelente remedio para calmar la excitación anormal y prevenir la recurrencia de la práctica”. Es importante recordar que estas personas realmente creían que estaban ayudando y que consideraban que los orgasmos debilitaban.

Autoerotismo

La afirmación “Prefiero masturbarme a tener sexo” puede suscitar profundas preguntas y reflexiones sobre la naturaleza del deseo sexual, la intimidad y la conexión humana. Autoestimularse ya es una forma de sexo en sí misma. Entonces, ¿qué lleva a alguien a elegir el autoerotismo sobre la intimidad con otras personas? ¿Es esto un signo de dificultades sexuales o simplemente una preferencia individual legítima?

El autoerotismo se refiere a la estimulación sexual que una persona realiza a sí misma, sin la participación directa de otra persona (aunque esta participación puede ser fantaseada o remota). Esta práctica puede manifestarse de diversas formas, desde la masturbación manual hasta el uso de juguetes sexuales y la exploración visual o mental de fantasías eróticas.

Una parte integral de la sexualidad humana

El autoerotismo es una parte integral de la sexualidad humana. Para algunas personas, la autoestimulación puede ser una forma de autoexploración y autoconocimiento, permitiéndoles descubrir sus propios deseos y fantasías sin la presión o las expectativas de otra(s) persona(s). Además, el autoerotismo puede ofrecer un sentido de control y autonomía sobre la propia respuesta sexual.

Autoerotismo y elecciones personales

Por otro lado, la preferencia por el autoerotismo también puede estar influenciada por experiencias pasadas o dificultades en las relaciones interpersonales. Algunas personas pueden sentirse más cómodas y seguras explorando su sexualidad en privado, sin el temor al juicio o al rechazo por parte de otras personas. En estos casos, la elección del autoerotismo puede ser una estrategia de afrontamiento para lidiar con emociones difíciles o experiencias pasadas dolorosas, aunque este mecanismo de defensa puede no ser tan funcional si resulta en angustia por la falta de contacto sexual con otras personas.

Fomentando el respeto hacia las elecciones sexuales individuales

Es importante desmitificar el autoerotismo y reconocerlo como una expresión válida y corriente de la sexualidad humana. A menudo se asocia erróneamente con la soledad, la juventud, la insatisfacción sexual o la falta de habilidades sociales, cuando en realidad puede ser una elección consciente y placentera para muchas personas. También hay personas en el espectro asexual que no desean tener encuentros sexuales compartidos pero sí disfrutan de sus momentos de autoestimulación.

Promoviendo la aceptación y el respeto hacia la diversidad sexual

Independientemente de si una persona prefiere el autoerotismo o la intimidad con otras personas, lo fundamental es fomentar el autoconocimiento y el respeto hacia los propios deseos y placeres. La sexualidad es una experiencia personal y única, y no hay una forma “correcta” o “incorrecta” de expresarla. Al explorar el autoerotismo, las personas pueden descubrir nuevas formas de experimentar placer y conexión consigo mismas, ya sea para mantener esa experiencia personal o, eventualmente, compartirla con otras personas.

En conclusión, la afirmación de preferir el autoerotismo sobre el sexo con otras personas es una expresión legítima de la diversidad humana en el ámbito sexual. Desde una perspectiva sexológica prosexo, es importante reconocer y respetar las elecciones individuales en cuanto a la forma en que las personas eligen explorar y disfrutar de su sexualidad. No hay un tipo de actividad sexual más válido, maduro o normal que otro. Al desestigmatizar el autoerotismo y fomentar el autoconocimiento sexual, podemos promover la aceptación y el respeto hacia todas las formas de expresión sexual humana, ya sean individuales o compartidas.

Aclaración: Los titulares se desprenden de las consultas que propone la audiencia en @lic.noeliabenedetto. Este espacio informativo no suplanta a una consulta con un/a profesional de la salud.

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