COP28: países acuerdan trabajar en transición energética hacia renovables

El documento, sin embargo, no especifica el abandono de los combustibles fósiles, lo que ha generado críticas de algunos países.

La COP28, la 28ª conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, llegó a su fin con un acuerdo histórico en el que casi 200 países se comprometieron a trabajar en una transición energética hacia las renovables. El documento, sin embargo, no especifica el abandono de los combustibles fósiles, lo que ha generado críticas de algunos países.

La declaración final de la conferencia climática explica que esta transición debe acelerarse en esta década que se considera crucial para el calentamiento global. El objetivo sería llegar al año 2050 con un balance neutro de emisiones de gases de efecto invernadero, tal como se estipuló en el Acuerdo de París en 2015.

El presidente de la conferencia, el emiratí Sultan Al Jaber, declaró: “Hemos sentado las bases para lograr un cambio transformador histórico”. El texto firmado pide a las partes que contribuyan con una serie de acciones climáticas de acuerdo a las circunstancias de cada país, como triplicar la capacidad de energía renovable y duplicar la eficiencia energética media de acá al año 2030.

En la actualidad, cerca del 80 % de las emisiones de gases de efecto invernadero se deben al petróleo, el gas y el carbón. Y solo China, India y Estados Unidos son los responsables de más de la mitad de las emisiones en el mundo. Pero también, esa mezcla de combustibles representa el 80 % de la energía que consumimos a diario y por eso es importante invertir en renovables.

Aunque la meta es para 2050, el documento no deja claro que para esa fecha los países tengan que haber abandonado su dependencia a los combustibles fósiles. El foco está puesto solamente en la “neutralidad de carbono”, es decir, que el dióxido de carbono que se envía a la atmósfera esté equilibrado.

Si bien en el cierre hubo aplausos y satisfacción por la firma del documento, también hubo quienes se mostraron disconformes. Por ejemplo, la ministra de Medio Ambiente brasileña Marina Silva, exclamó que es fundamental que los países desarrollados sean los que tomen la delantera y aseguren los medios necesarios para los países en vías de desarrollo.

La ministra colombiana Susana Muhamad advirtió: “No reconocimos que la producción de combustibles fósiles tenga que empezar a bajar”.

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