Un giro para El Señor de los Anillos: drama humano sin hobbits ni elfos
La icónica obra de J.R.R. Tolkien regresa al cine en un formato innovador: un animé que se aleja de las criaturas mágicas para enfocarse en los dilemas humanos. La guerra de los Rohirrim transcurre dos siglos antes de los hechos narrados en las películas de Peter Jackson y propone una mirada más terrenal de este universo épico.
El Señor de los Anillos lleva la historia de Tolkien a un nuevo territorio. Esta precuela, dirigida por Kenji Kamiyama, no incluye anillos mágicos ni criaturas fantásticas como hobbits o elfos. En su lugar, centra la atención en los conflictos y emociones humanas que definieron el reino de Rohan, conocido por sus guerreros jinetes.
“Este filme está arraigado en el drama humano: codicia, poder y orgullo”, explicó Kamiyama, director también de adaptaciones animadas de Star Wars y Blade Runner. En esta producción, se abordará una guerra civil entre un rey y un caballero rebelde, basada en las anotaciones de Tolkien que ampliaban el trasfondo de sus novelas principales.
La película combina la fidelidad al universo de Tolkien con la riqueza narrativa del animé japonés, un género que explora temas como el honor y la lealtad. Philippa Boyens, guionista de las trilogías de El señor de los anillos y El Hobbit, señaló que esta historia parecía diseñada para el formato animé. La protagonista, una princesa sin nombre en las notas originales de Tolkien, adquiere un rol central como testigo y catalizadora de los acontecimientos. “Queríamos que ella fuera real, no una superheroína”, comentó Boyens.
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