La inteligencia artificial dispara el consumo energético global

El uso de unidades de procesamiento gráfico (GPU) en centros de datos, clave para entrenar y operar modelos de inteligencia artificial, incrementó significativamente el consumo eléctrico global. 

Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA), los centros de GPU representaron entre el 1% y el 1,3% del consumo eléctrico mundial en 2022 tras el lanzamiento de herramientas como ChatGPT por OpenAI.

En comparación con las búsquedas en Google, las respuestas generadas por modelos como ChatGPT requieren hasta tres veces más energía, según el Instituto de la Ingeniería de España (IIE). Por ejemplo, entrenar un modelo como GPT-3 consume una cantidad de energía comparable a la que utiliza una familia promedio en España durante 23 años (78.437 kWh, aproximadamente).

Recursos necesarios para la fabricación de IA

Además de la electricidad, los centros de datos dependen del agua para enfriar los equipos y generar energía. La ONU alerta que la infraestructura de inteligencia artificial podría consumir hasta seis veces más agua que Dinamarca para 2027. 

Al mismo tiempo, la producción y el desecho de equipos tecnológicos asociados con la IA también generan un problema ambiental. Fabricar un dispositivo de solo 2 kilos requiere 800 kilos de materias primas, y los componentes desechados contienen sustancias peligrosas como mercurio y plomo.

Un estudio de la Universidad de Cambridge y el Instituto de Medio Ambiente Urbano de la Academia China de Ciencias advierte que los residuos tecnológicos podrían aumentar de 2.600 toneladas en 2023 a 2,5 millones de toneladas en 2030. Este volumen es comparable a desechar entre 2.100 y 13.300 millones de unidades del iPhone 15 Pro.

El Golfo impulsa la economía circular en residuos electrónicos

El Golfo Pérsico tomó iniciativas para abordar el problema a través de la economía circular. Empresas emergentes como Zension en Dubái lideran modelos de suscripción que prolonga la vida útil de los dispositivos móviles. Los clientes pueden actualizar sus teléfonos mientras sus dispositivos antiguos se arreglan, revenden o reciclan. 

Por su parte, proyectos como Revibe se enfocan en reacondicionar dispositivos electrónicos, mientras que plataformas como The Surpluss facilitan el intercambio de residuos entre empresas para convertir los desechos en recursos útiles. 

Además, los gobiernos de los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Bahréin implementaron estrategias nacionales que fomentan la transición hacia modelos más sostenibles en el manejo de residuos electrónicos.

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