Supremacista blanco mató a 10 personas en Nueva York
Un adolescente abrió fuego en un supermercado de Buffalo mientras lo transmitía por redes sociales.
Un joven de 18 años abrió fuego en un supermercado de la ciudad de Buffalo en Nueva York y asesinó a, al menos, 10 personas mientras lo transmitía por redes sociales. El atacante se definió como “supremacista blanco” y “antisemita”.
El crimen se produjo cuando ingresó al supermercado “Tops Friendly Market” con un rifle AR-15 y un chaleco antibalas y efectuó 50 disparos sobre las personas que estaban allí. Según se reveló, el joven portaba un casco equipado con cámara, desde donde transmitió todo el tiroteo a través de la plataforma Twich. “Lo vi entrar y comenzar a disparar”, declaró un testigo. Otra persona sostuvo que, tras el ataque, el agresor “salió, guardó su arma, se arrodilló y se entregó a la policía”.
Payton Gendron, el adolescente identificado como el atacante del supermercado, está detenido sin fianza y enfrentaría una cadena perpetua. El joven oriundo de Conklin (Nueva York), que condujo durante 320 kilómetros para llegar a Buffalo, se declaró “no culpable” del hecho. Según la investigación que lleva adelante la policía, el tiroteo fue planificado con meses de antelación. Actualmente analizan un manifiesto de 180 páginas que, supuestamente, Gendron publicó antes del ataque.
Desde la fiscalía del distrito del condado de Erie (Nueva York), confirmaron que los asesinatos estuvieron “racialmente motivados”. De acuerdo con la información revelada, Gendron seleccionó el barrio a atacar por tener una población mayormente afroamericana. De las 13 víctimas – entre muertos y heridos – 11 eran afroamericanos. En la investigación se determinó además que el joven realizó repetidas búsquedas en la web sobre ideologías de supremacía blanca y teorías de conspiración basadas en la raza.
La palabra de Biden
“Todos debemos trabajar juntos para abordar el odio. que sigue siendo una mancha en el alma de Estados Unidos”, dijo el presidente norteamericano Joe Biden, quien calificó el hecho como “terrorismo doméstico” y un avance de “una repugnante ideología de nacionalismo blanco”.