Vacaciones, vida sexual y carga mental

Llega la época de vacaciones para algunas personas y con ellas, la promesa de felicidad para el deseo sexual o bien el mandato difícil de abandonar de tener más sexo. 

¿Aumenta nuestro deseo sexual en períodos de licencia? ¿Nos pone en falta el hecho de que la frecuencia sexual no cambie? 

Los medios masivos de comunicación, las instituciones y las representaciones sociales alonormadas imperantes son de peso al momento de decirnos cómo tenemos que vivir nuestra vida sexual. Hay un mandato de tener relaciones sexuales sí o sí, lo más que se pueda, de lo contrario nos estamos perdiendo del algo… el famoso FOMO (acrónimo para la expresión original en inglés Fear of missing out: miedo a perderse algo). Hay mucha noticia circulando que plantea que las vacaciones están relacionadas a un aumento de la líbido… vemos qué sucede.

La realidad es que la vida sexual en vacaciones es muy relativa, depende de si estás o no en algún vínculo, de la antigüedad del mismo, si tenés hijos/as, la edad de éstos/as, si convivís con gente, si las pasas en tu hogar o si cambias el contexto.

Vacaciones, vida sexual y carga mental

Un estudio estadounidense de 2019 planteaba que el 34% de la muestra aseguraba que el sexo en vacaciones era más y mejor. Ahora, verano, no siempre es igual a vacaciones y descanso. Si estamos con un grupo conviviente, es muy probable que aumenten las tareas de cuidado y de reproducción de la vida cotidiana para una parte.

Depende del género: Históricamente, las labores de cuidado del hogar y de las infancias han estado asignadas a las mujeres, solo por el hecho de pertenecer al género femenino. Esto influye directamente en la carga mental (la labor cognitiva de organizar, planificar y tomar decisiones en la administración de un hogar, una especie de excel mental). Es una desigualdad invisible, que silenciosamente va agotando y desgastando a las socializadas mujeres, aún cuando a simple vista pareciera que todas las personas aportan con las tareas del hogar.

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La sobrecarga y el esfuerzo 24/7 que implica para las mujeres estar a cargo en mayor proporción no solo de la ejecución, sino del nivel mental de las tareas necesarias para la mantención del hogar, sus integrantes y del cuidado de personas dependientes influye en que ellas sean más afectadas por la “pobreza de tiempo”. Que tengan jornadas diarias que no garantizan tiempos mínimos para dormir o para el necesario tiempo de ocio.

Un estudio de la Journal of Sex Research, realizado en Australia en 299 mujeres de entre 18 y 39 años, explora cómo la carga mental impacta en la vida sexual de éstas.

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Los resultados arrojan que las mujeres en relaciones igualitarias (en términos de trabajo doméstico y carga mental) están más satisfechas y, a su vez, sienten más deseo sexual que aquellas en relaciones desiguales, es decir que tienen más disponibilidad sexual cuando sus vínculos hacen las labores del hogar.

Para el grupo de mujeres que sentían que trabajaban más su deseo había disminuido.

Ahora pensemos rápidamente en un contexto vacacional: nos quedamos y hospedamos gente en casa, o los niños/as comienzan la escuela de verano, nos vamos de viaje, gestionar destino, transporte, alojamiento, equipaje, botiquín, comidas, resolver los aspectos pendientes que quedan del hogar.

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Para las personas con hijos/as, el panorama vacacional no es tan paradisíaco. El cuidado de niños/as, aumenta la carga de trabajo de las mujeres, lo que conduce a una menor equidad en las relaciones y, en consecuencia, a un menor deseo sexual.

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Relaciones desiguales

Según un estudio español realizado por Opinium Research en 2019, a más de 1500 padres y madres con hijos e hijas de entre 5 y 16 años; el 58% de las personas encuestadas afirma que tiene menos relaciones sexuales con su vínculo durante esta época, ascendiendo hasta el 69% entre los que tienen adolescentes de entre 14 y 16 años.

¿Por qué? Esto puede estar relacionado al hecho de que los/as hijos/as no tengan actividades escolares implica organizar el tiempo libre y establecer una nueva rutina familiar, que provoca a su vez más carga mental para las partes, implica pasar menos tiempo en pareja, en soledad y reducir la frecuencia de las relaciones sexuales o actividad autoestimulatoria.

Otro factor de peso es el cambio de horarios. Si convivimos con personas que están en receso escolar, seguramente se vayan a dormir más tarde; según este estudio el 53% ven disminuir los encuentros. Un 37% se ve afectada por el cansancio que implica el aumento de las tareas de cuidado. El 65% de la muestra plantea que dedican más horas entreteniendo a sus hijos/as que con sus parejas, también se suman situaciones de estrés y sobrecarga que pueden ocasionar discusiones.

Equidad

Entonces, un sentido de equidad dentro de una relación es fundamental para la satisfacción y el deseo sexual de todas las personas, estemos o no de vacaciones. Para poder avanzar en el desafío que significa lograr una verdadera corresponsabilidad y repartición justa de las labores domésticas y de cuidado, lo primero es reconocer y hacer consciente el trabajo mental; entender que la carga mental deriva de una construcción cultural que sitúa a determinadas mujeres como las principales responsables de las tareas del hogar y de cuidado, mientras que el rol de las demás personas es el de “ayudar”,  están desprovistos de estas responsabilidades o las tienen en menor medida. Romper con esta tradicional división sexual del trabajo.

Convivir con hijos/as durante las vacaciones escolares requiere de una planificación, flexibilidad pero con puesta de límites y capacidad organizativa.

Finalmente, cuando son períodos de verdadero descanso, la relajación, el corte, la tranquilidad, la merma de estresores, preocupaciones y obligaciones puede que impacte favorablemente en la vida sexual individual y compartida de las personas.

La columna de la Lic. Noelia Benedetto es auspiciada por PLAYBOYS CONDOMS, explorá con #modoplayboy.