Revolución en desechos electrónicos

Molg desarrolla robots para un manejo sostenible de dispositivos obsoletos.

Un ex empresario del sector tecnológico decidió enfocar su experiencia en la problemática de los desechos de dispositivos electrónicos. Su startup, Molg, se especializa en fabricar y programar robots de precisión que desmontan cuidadosamente los desechos electrónicos y separan los componentes reutilizables, en lugar de reciclarlos. Recientemente, la empresa consiguió financiación inicial con Amazon y otros inversores, con el objetivo de convertir la industria electrónica en un modelo circular.

Desechos electrónicos

Rob Lawson-Shanks es el emprendedor detrás de esta iniciativa, que busca transformar el manejo de los desechos electrónicos. Molg no solo ayuda a las instalaciones de reciclaje a desmantelar dispositivos que antes se consideraban desechables, sino que también colabora con empresas como Dell para diseñar productos más fáciles de desarmar.

“Me di cuenta de que contribuía a un gran problema de 60 millones de toneladas de desechos electrónicos por la forma en que diseñábamos, fabricábamos y no recuperábamos”, explica Lawson-Shanks.

La empresa Molg desarrolla robots que utilizan múltiples brazos y cámaras de alta precisión para desmantelar dispositivos, desatornillar sujetadores y extraer chips de manera autónoma.

“Usamos equipos de alta precisión y no destructivos, y realmente nos preocupamos por lo que tocamos. Así, podemos volver a probar, calificar y redistribuir. El objetivo es mantener los componentes en su mayor valor posible”.

Estos sistemas compactos, de 3 metros por 90 centímetros y 3 metros de alto, están diseñados para integrarse en las instalaciones de procesamiento de desechos electrónicos existentes. Pueden desmontar ciertos dispositivos en solo cinco minutos, siendo especialmente eficientes en el desmantelamiento de servidores viejos para recuperar componentes que luego se utilizan en nuevas unidades para centros de datos.

Industria circular

El enfoque de Molg consiste en que cada vez que una de sus “microfábricas” desarma un dispositivo, los componentes se registran y almacenan en una base de datos, listos para ser reutilizados en productos de nivel medio. Una vez que ese producto se desarma, los mismos componentes se pueden reciclar en la producción de un artículo electrónico más simple, repitiendo el proceso hasta que los materiales finalmente se degraden.

“En el futuro, los dispositivos de nuestra sociedad deberían construirse con componentes que se puedan recuperar de 4 a 5 veces antes de llegar al reciclaje”, enfatiza Lawson-Shanks.

En colaboración con empresas como Dell, Molg introdujo un conjunto innovador de broches, ajustes a presión y conexiones modulares que facilitan el ensamblaje y desensamblaje de laptops y otros dispositivos mediante sus microfábricas.

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