#LaSexión: Sexo durante el embarazo ¿Cómo disfrutar sin preocupaciones?

La Lic. Noe Benedetto nos ayuda a disipar mitos, dudas y preocupaciones acerca de la sexualidad en esta etapa.

El embarazo es una etapa de transformación profunda en la vida de las personas. Dentro de este contexto, la sexualidad también experimenta variaciones, que a menudo vienen acompañadas de mitos, dudas y preocupaciones. ¿Es seguro tener relaciones sexuales durante el embarazo? ¿Y autoestimularse? ¿Qué cambios puedo esperar en mi deseo sexual? ¿Cómo puedo disfrutar de mi sexualidad sin temores?

Mitos y realidades sobre el sexo durante el embarazo

Uno de los principales desafíos que enfrentan las personas gestantes y sus vínculos en torno a la sexualidad durante el embarazo es la desinformación. A lo largo de la historia, se han perpetuado mitos y tabúes que generan temor y ansiedad, afectando la calidad de vida sexual durante esta etapa.

Uno de los más comunes es la creencia de que el sexo puede ser perjudicial para el bebé o que puede desencadenar un parto prematuro. Primero habría que preguntarse si cuando se habla de “relaciones sexuales” se está haciendo exclusivamente referencia a la penetración vaginal. La realidad es que, en la mayoría de los embarazos, no existe ningún riesgo en mantener relaciones. El útero, el líquido amniótico y el tapón mucoso protegen al feto, asegurando un entorno seguro. Tras las relaciones sexuales pueden producirse contracciones uterinas, pero no tan intensas como para desencadenar el parto. Además, suelen ceder tras un período de reposo. Es importante destacar que, en casos de embarazos de alto riesgo, sí puede ser necesario modificar la actividad sexual bajo la recomendación médica. Como indicaciones para suspender las relaciones con penetración vaginal y el orgasmo: a) amenaza de aborto o de parto prematuro; b) ruptura prematura de membranas; c) hemorragia genital de cualquier causa.

Otro mito común es la idea de que el deseo sexual disminuye irremediablemente durante el embarazo. Sin embargo, la respuesta sexual es individual y varía ampliamente entre las personas. Mientras que algunas personas gestantes experimentan un aumento del deseo sexual, otras pueden sentir una disminución, influenciada por factores hormonales, físicos o emocionales. Ninguna de estas respuestas es universal o incorrecta.

Un mito vigente es que  la autoestimulación durante el embarazo es dañina y puede adelantar el parto. En ciertos casos, la personas gestante puede experimentar orgasmos u orgasmos múltiples por primera vez cuando está embarazada. Esto se debe a que se acentúa la actividad hormonal y a que aumenta el flujo sanguíneo hacia la zona de la pelvis. No existen evidencias acerca de la relación entre el autoerotismo y daños en el feto, sea por estimulación propia o de otra persona ni es inductor del parto.

El temor de que el pene pueda tocar o dañar al feto durante la penetración es común pero infundado. Para abordar este miedo, es importante comprender cómo está protegido el feto. Durante el embarazo, el feto está alojado en una bolsa amniótica dentro del útero, que está llena de líquido amniótico. Este líquido actúa como un amortiguador, protegiendo al feto de cualquier movimiento brusco o presión externa. Además, el cuello uterino, que conecta la vagina con el útero, está cerrado y sellado por un tapón mucoso que impide la entrada de bacterias y otros elementos externos. En la mayoría de las personas gestantes, el pene durante la penetración no llega ni siquiera a tocar el cuello uterino, y mucho menos entrar en contacto con el útero o el feto. Incluso en los casos en los que el pene pudiera alcanzar el cuello uterino, este está suficientemente protegido y el feto permanece completamente seguro y aislado.

Durante el embarazo, aunque la mayoría de las prácticas sexuales son seguras, hay algunas que se desaconsejan debido a posibles riesgos para la persona gestante y el feto:

1.Prácticas que involucren aire en la vagina, esto puede aumentar el riesgo de embolia de aire, una condición extremadamente rara pero potencialmente peligrosa, donde una burbuja de aire entra en la circulación sanguínea.

2.Prácticas que impliquen algún objeto que pudiera causar lesiones o infecciones.

Cambios físicos y emocionales: adaptarse a una nueva sexualidad

El cuerpo de una persona gestante pasa por innumerables cambios durante los meses de gestación.

Durante el primer trimestre, es común que el deseo sexual disminuya debido a las náuseas matutinas, el cansancio extremo y la preocupación por el embarazo en sí mismo. Muchas personas también experimentan sensibilidad en las mamas, lo que puede hacer que el contacto sexual sea incómodo o doloroso.

Sin embargo, a medida que avanza el embarazo y los eventos del primer trimestre disminuyen. Durante el segundo trimestre puede que se registre más placer, ya que los genitales reciben una mayor irrigación sanguínea, las paredes vaginales son más gruesas y sensibles y las contracciones rítmicas del orgasmo son más pronunciadas. En los órganos genitales podríamos decir que ningún estímulo sexual produce una respuesta fisiológica de la magnitud de la vasodilatación masiva de la pelvis como la que origina el embarazo. Algunas personas experimentan una disminución en la lubricación aunque se sienten excitadas mentalmente; para esto se recomienda utilizar lubricantes a base de agua.

En el tercer trimestre, hay mayor fatiga y cansancio, dolores de espalda. El tamaño del abdomen y la presión sobre la pelvis pueden hacer que ciertas posiciones sexuales sean incómodas. En el último mes de embarazo, debido a la normal irritabilidad del útero, pueden presentarse contracciones uterinas más duraderas y algo molestas. Se sugiere no acostarse boca arriba después de la semana 16 y hasta después del parto, porque el peso del útero restringe la circulación. Pueden tratar de ponerse de costado (cucharita) o en una posición arriba.

Es crucial que las personas entiendan y respeten estos cambios, adaptando su vida sexual a las nuevas realidades del cuerpo gestante.

Cuándo consultar a un profesional

Si bien el sexo durante el embarazo es seguro en la mayoría de los casos, existen situaciones en las que es recomendable consultar a un profesional de la salud. Si la persona gestante experimenta dolor durante las relaciones sexuales, sangrado, contracciones regulares y dolorosas, o cualquier otra molestia inusual, es crucial buscar orientación médica.

También es importante recordar que cada embarazo es diferente, y lo que funciona para una persona y sus vínculos puede no ser lo mejor para otras.

El embarazo no debe verse como un obstáculo para la sexualidad, sino como una oportunidad para explorar y adaptarse a nuevas formas de intimidad y placer. Con la información correcta, una comunicación abierta y apoyo, es posible disfrutar de una vida sexual satisfactoria durante esta etapa.

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El contenido publicado es solo a fines informativos y no pretende diagnosticar ninguna condición clínica, ni reemplazar el consejo de un profesional de la salud ni recomendar ningún tratamiento.

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