Industria textil argentina en crisis: miles de empleos perdidos y producción en caída libre
La desindustrialización textil golpea a miles de familias argentinas mientras la capacidad instalada se paraliza y las ventas se desploman.
La industria textil argentina se encuentra en medio de una tormenta perfecta:
La paralización de más de la mitad de su maquinaria, miles de despidos y una caída drástica en la producción y las ventas. Esta crisis, que se agudiza desde principios de 2024, pone en riesgo el sustento de miles de familias y el futuro de un sector clave para la economía nacional.
Un panorama desolador:
Los datos del INDEC no dejan lugar a dudas: la producción de hilados de algodón se ha desplomado un 14% en los primeros cinco meses del año, mientras que la de tejidos se ha contraído un 26% en comparación con el mismo período del año anterior. Esta caída en la actividad productiva se traduce directamente en la pérdida de puestos de trabajo: la Fundación Pro Tejer estima que se han perdido cerca de 5.000 empleos en el último año, a lo que se suman unas 10.000 suspensiones.
Las empresas al borde del abismo:
Con menos de la mitad de su capacidad instalada en funcionamiento, las empresas textiles argentinas se encuentran en una situación desesperada. Ocho de cada diez han visto reducida su producción, mientras que el 90% ha sufrido una caída en sus ventas. Seis de cada diez máquinas permanecen paradas, lo que representa una imagen cruda del estado crítico del sector.
Competencia desleal y políticas públicas cuestionables:
La situación se ve agravada por la eliminación del control aduanero del etiquetado de productos textiles y de calzado importados, una medida implementada por la Secretaría de Industria y Comercio de la Nación que facilita la entrada de productos terminados al país, generando una competencia desleal para las empresas locales.
A esto se suma la resolución 156/2024, que elimina el requisito de etiquetado para productos textiles importados. Luciano Galfione, presidente de la Fundación Pro Tejer, ha criticado duramente estas medidas, afirmando que “facilitan la vida a los que no dan empleo” y que “lo que termina pasando es que cierran empresas y la gente se queda sin trabajo”.
Un consumo en caída libre:
La crisis en el consumo también impacta fuertemente en la industria textil. Los datos de CAME muestran un desplome del 20.4% en el Índice de Producción Industrial Pyme, mientras que en el sector textil e indumentaria la producción se retrajo un 7.4% anual en junio. Esta caída se suma a la contracción del 19% acumulada en los primeros cinco meses del año para el sector textil, y al descenso del 8.7% interanual en el caso de prendas de vestir, cuero y calzado.