En una entrevista en el programa Estamos En América, con Mariano Yesse, Roberto Piazza mencionó: “El poliamor no existe”. Además, (de paso) agregó que no está de acuerdo con el poliamor, sí con el polisexo, tampoco acuerda con la bisexualidad ya que según él está referenciada así por Freud, Lacan, y Doltó como una “perversión”, no así la homosexualidad y el lesbianismo.
“El día que vos tengas relaciones con un hombre y una mujer y no sepas para qué lado correr, le vas a cagar la vida a ella o él. Y también le vas a cagar la vida a tus hijos, ellos te lo van a echar en cara. Te lo aseguro”. Y completó: “Llamen a un psiquiatra y pregúntenle. Yo tengo 35 años de psicoanálisis encima”.
Este es un claro ejemplo de por qué ser parte del colectivo no es sinónimo ni garantía de pensar y actuar con perspectiva de género y diversidades.
En primer lugar, el diseñador habla desde un lugar sesgado, con una sexosofía un tanto iatrogénica pensando en la popularidad que representan estos discursos lanzados a los medios masivos de comunicación. Vamos por partes.
Poliamor
Tanto el poliamor como el polisexo, son realidades vinculares sexoafectivas en sí mismas, tienen una existencia más allá de que Piazza acuerde o no con ellas. Así como se pueden sostener encuentros sexuales con más de una persona, también se pueden vivenciar afectos (amor o lo que haga sus veces) por varias personas en un mismo período de tiempo.
Debemos aclarar que el poliamor, no es la antítesis de la monogamia, ya que podemos permanecer en vínculos poliamorosos con las mismas lógicas mononormadas que una pareja cerrada; y que una relación abierta consiste en el acuerdo por parte de los miembros de tener encuentros eróticos o bien afectivos más o menos esporádicos con otras personas (más allá del vínculo jerárquico) y según los términos que acuerden entre ellos, mientras que una relación poliamorosa implica otro tipo de relaciones con cierto nivel de jerarquización en relación a intimidad, compromisos y afectos.
En el poliamor las personas se involucran en 2 o más relaciones afectivas y/o sexuales simultáneamente y ninguna de ellas tiene, necesariamente, más prioridad que la otra. En este tipo de relaciones existe la oportunidad de vincularse íntimamente con varias personas al mismo tiempo e, idealmente, se tiene pleno conocimiento y consentimiento de todas las involucradas. Son sólo ellas, en primera y última instancia, las que establecerán los términos de una u otra opción, siempre que estén de acuerdo y sea positivo para todes.
Bisexualidad
La bisexualidad es la orientación de quienes sienten atracción sexual, emocional y/o afectiva hacia personas de más de un género, no necesariamente al mismo tiempo, de la misma manera ni con la misma intensidad. Negar su existencia, pensarla como una fase o confusión, definirla como una perversión en este caso, se consideran formas de biodio (no de bifobia porque no es un padecimiento sino una forma de violencia).
Sigmumd Freud fue de los primeros en hablar de bisexualidad, planteando que todas las personas nacen bisexuales, nunca habló de la misma como una perversión, sin embargo, esta afirmación ya ha quedado obsoleta y la creencia de que todas las personas somos en cierto modo bisexuales favorece la invisibilidad de este colectivo.
Kinsey, a través de sus estudios, visibilizó el espectro gradual existente entre las orientaciones hetero y homo. Entre 1938 y 1956, realizó 17000 entrevistas en EE. UU. donde se llegaba a una serie de conclusiones que ponían fin a muchos mitos y creencias vigentes sobre las conductas sexuales. Según Kinsey, la orientación sexual se podía dividir en grados, que tenían en cuenta la vida carnal de cada sujeto, sus gustos, sus preferencias y sus actitudes ante el sexo:
- Exclusivamente heterosexual.
- Principalmente heterosexual, con contactos homosexuales esporádicos.
- Predominantemente heterosexual, aunque con contactos homosexuales más que esporádicos.
- Bisexual.
- Predominantemente homosexual, aunque con contactos heterosexuales más que esporádicos.
- Principalmente homosexual, con contactos esporádicos.
- Exclusivamente homosexual.
- Asexual o individuo que no presenta atracción sexual.
Llegando a los siguientes resultados:
- El 11,6% de los varones blancos entre 20 y 35 años manifiestan un rango de 3 para este periodo de sus vidas.
- El 7% de las mujeres solteras entre 20 y 35 años y el 4% de las casadas entre 20 y 30 años daban un rango de 3 para este período de sus vidas. Del 2 al 6% de las mujeres entre 20 y 35 años se colocaban en un grado de 5. Del 1 al 3% de las solteras entre 20 y 35 tenían un rango de 6.
- El 60% de los varones y el 33% de las mujeres participaron al menos en una práctica homosexual manifiesta hasta los 16 años de edad.
Finalmente, además de no patologizarlas y jerarquizarlas, no se puede tomar la orientación, identidad y modalidad vincular sexoafectiva, como rígidas y estáticas porque las mismas son fluidas y pueden cambiar a lo largo del tiempo.
La columna de la Lic. Noelia Benedetto es auspiciada por PLAYBOYS CONDOMS, explorá con #modoplayboy.
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