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Más de 400 jets privados han aterrizado en Egipto con motivo de la COP27

ste transporte es de 5 a 14 veces más veces más contaminante que un vuelo comercial.

Los principales líderes del mundo invadieron el cielo de Egipto con sus jets privados para llegar a Sharm El Sheikh, la ciudad sede de las conversaciones sobre el cambio climático de la ONU, COP 27. 

¿Qué tiene de malo? Quizá todo. Se calcula que un vuelo de tan sólo 40 minutos en un jet privado gasta mil 180 litros de combustible con un costo aproximado de dos mil dólares y emite alrededor de tres toneladas de CO2.

Según datos de Transport & Environment, los vuelos privados son de 5 a 14 veces más contaminantes por pasajero que los comerciales, y hasta 50 veces más que los trenes.

Los aviones queman combustibles fósiles que no solo liberan emisiones de CO2, sino que también tienen otros fuertes efectos de calentamiento debido a los óxidos de nitrógeno (NOx), las estelas de vapor y la formación de nubes provocadas por la altitud a la que operan.

Esto ya sucedió en la anterior COP, celebrada en Glasgow, cuando los aviones privados que acudieron a la ciudad escocesa emitieron 13.000 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera.

Desde que comenzó la cumbre el pasado día 6 de noviembre, cerca de 400 jets privados o de estado han aterrizado en Sharm El Sheik. A estos hay que sumarle los aeroplanos de empresas patrocinadoras y participantes, además de los de las compañías aéreas

Durante los últimos diez años, el tráfico aéreo mundial ha crecido más del 5 % anual. En 2018, la aviación comercial fue responsable del 2,4% de las emisiones de CO2 debidas a los combustibles fósiles, según el Consejo Internacional para el Transporte Limpio.

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