Nueva York se convirtió en el sexto estado de Estados Unidos en permitir el llamado compostaje humano, después de que la gobernadora Kathy Hochul firmara la medida el pasado sábado. En Washington, Colorado, Oregón, Vermont y California esta práctica ya está en uso.
También conocida como “reducción orgánica natural”, la práctica hace que un cuerpo se descomponga dentro de un contenedor con virutas de madera, alfalfa y forraje. Además, para eliminar cualquier posible infección, se somete a un proceso de calentamiento. Después de aproximadamente un mes, el cuerpo se convierte en tierra, con la que los familiares del difunto pueden plantar flores, hortalizas o árboles.
Compostaje humano
Según Recompose, una empresa funeraria estadounidense, este servicio puede ahorrar una tonelada de carbono en comparación con una cremación o un entierro tradicional. Sin embargo, el proceso no es barato y puede ascender a los 7000 dólares, un precio comparable a la cremación o el enterramiento.
Además, al contrario que en los entierros tradicionales con ataúd, en la reducción orgánica natural no se gastan madera, tierra y otros recursos naturales. Los defensores del compostaje humano dicen que no solo es una opción más amigable con el ambiente, sino también más práctica en ciudades donde el espacio para cementerios es limitado.
La iglesia Católica
La Conferencia Católica del estado de Nueva York, un grupo que representa a los obispos en el estado, desde hace mucho tiempo se opone a la nueva ley, ya que dice que el método de entierro es “inapropiado”.
Un proceso que es perfectamente apropiado para regresar trozos de vegetales a la tierra no necesariamente es apropiado para cuerpos humanos, dijo en un comunicado Dennis Post, director ejecutivo de la organización.
“Los cuerpos humanos no son desperdicios de la casa, y no creemos que el proceso cumpla con los estándares de tratamiento respetuoso de nuestros restos terrenales”, agregó Post.
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