Fito Páez presentó “El Amor 30 Años Después del Amor” en Córdoba
El rosarino cierra su exitoso año en la Docta
“¡Que hermosura! Esto estaba en los planes de nadie”, fueron las palabras del rosarino tras el último tema, Maripsoas Tecknicolor en la acalorada noche de Plaza de la Música. Es que, cuando el músico anunció en Caja Negra los 30 años de su disco insignia, nadie imaginó que tendría tanto éxito (ochos Movistar Arena agotados, tres shows en Rosario sold out, paradas en Estados Unidos, España, Venezuela, Uruguay, Chile y este cierre de año en la Docta. Así es que anoche, Fito Páez dio el primero de sus dos conciertos de la gira “El Amor 30 Años Después del Amor”, en Córdoba con entradas sold out.
La previa estuvo a cargo de Hipnótica, quienes desefundaron su repertorio cancionero, mientras el público aún ingresaba al reducto. Pasada las 21 20, el teclado de Juan Absatz marcó la atmósfera inical del tema que abre el disco. A él sumaron Diego Olivero en bajo, Gastón Baremberg en batería, Juani Agüero, Carlos Vandera en guitarras, Mariela “Emme” Vitale en coros, Alejo von der Pahlen en saxo alto y barítono, Manu Calvo en trombón y Ervin Stutz en trompetas. El concepto se terminó de completar con la iluminación, que los puso en sombra, con un solo color de fondo.
Así, la primera estrofa fue cantada por Fito tras bambalinas y en el momento de ingresar a la segunda -con toda la banda sonando- apareció en escena ante el público enfervorizado. Lo que siguió fue la presentación del álbum en su totalidad, con los 14 temas tal cual fueron publicados en su versión original.
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Ahora, que está en boga celebrar aniversarios de discos no resulta extraño este tipo de shows. Pero hace 10 años, el rosarino fue uno de los pioneros en eso de conmemorar obras. Y lo hizo justamente con el festejo de los 20 años de El Amor Después del Amor, claro que sin el éxito exorbitante de estos festejos.
En aquella oportunidad se presentó en el Orfeo Superdomo y varios invitados del disco aparecieron en la pantallas (Charly García, Celeste Carballo, Andrés Calamaro, Fabiana Cantilo, etc) haciendo sus partes, como anticipo a lo que 10 años más tarde hizo Soda Stereo con la gira “Gracias Totales” o Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado con la presencia del Indio Solari a través de una pantalla o de un holograma.
Esta vez fue palo y a la bolsa, Fito hizo sus intervenciones como en el disco y Emme cantó las partes que en las versiones originales tienen invitados. Claro que dicho repertorio fue adaptado a sus registros. Así, con coros de Juan y una banda totalmente aplomada, dieron cátedra de música popular. “El Amor Después del Amor fue popular y no fue mainstream”, aclaró el músico.
De este modo hicieron una navegación sonora por diferentes géneros que contiene el álbum: pop (Dos Días en La Vida, Brillante Sobre el Mic, Sacha Sissi y el Círculo de Baba), balada (Un Vestido y Un Amor), trip hop (La Verónica, Creo), rock and roll (La Ruda Mágica y ARodar La Vida), hard rock (Tráfico por Katmandú), tango-rock (Tumbas de la Gloria), marinera peruana (El Muro de los Lamentos), folclore (Pétalo de Sal), solo por categorizar algunos de los muchos sitios por los que transita el álbum.
Antes de intervenir en Pétalo, Páez tiró la primera daga emotiva: “Nada nos protege, salvo Luis Alberto, quien nos protege contra todos los males de este mundo” -cita al clásico tema de Spinetta Jade-, ante la ovación del público. Más tarde saludó y se refirió a la Plaza de la Música como el Palacio de la Música, “la Usina era esto, man”, aclaró a su audiencia más joven.
Por cierto, a diferencia del show de Andrés Calamaro, en el mismo sitio, donde no hubo ventilación, esta vez -para mitigar el calor- se instalaron sobre los balcones unos tubos que dispararon aire. La otra opción fue tomarse una cerveza, que estaba a 1400 pesos en la barra del costado.
La primera etapa del show llegó al final mediante A Rodar Mi Vida, con todas las gargantas encendidas. El músico anunció un intervalo y en las pantallas quedó una cuenta regresiva de 10 minutos que se cumplió a la perfección, mientras el público cantaba la canción de La Mosca que se usa para alentar a la Selección en la previa de la final. Así, la banda volvió para hacer Al Lado del Camino, su último clásico del siglo pasado.
Continuó una lista por sus hits que están por fuera de EADDA, con Circo Beat, y el típico juego del público (“la popu de atrás está más encendida, que cante ‘uh’, ‘uh;’ los de adelante canten Circo Beat”); 11 y 6, coreada a viva voz por la audiencia o Ciudad de Probres Corazones, con las imágenes de una Rosario en modo ciudad gótica.
Ya con dos horas de concierto llegaron los bises de la mano de Dar es Dar, con citas en el final a La Buena Estrella de su disco Abre (1999) y a Peluca Telefónica -el clásico de Charly García tatuado en Yendo de la Cama al Living (1982)-, y el final con Mariposas Tecknicolor, ante la euforia total del público.
Tras agradecer a la audiencia, se animó a pronosticar un resultado para la final del Mundial: “El domingo nos traemos la copa”, a lo que el público festejó. Claro, Fito comprende a la perfección el lenguaje popular, y sabe que estamos en las puertas de un evento de suma importancia para el pueblo que tiene a otro rosarino como protagonista, Lionel Messi.
Anoche, entre su publico compuesto por nostálgicos que vivieron el disco como un renacimiento, jóvenes que lo encontraron en los noventas tardíos y adolescentes que lo descurbieron en en este revival, podemos decir que el cierre de El Amor 30 Años Después del Amor tiene más pueblo que moda, es tan clásico como moderno y tiene tanta vigencia como melancolía.
Atrás hay un autor que, con total libertad, pivotea con las nuevas generaciones a la vez que se codea con las leyendas de la música y que, sobre todo, está en plena vitalidad artística rumbo a los 60 años que cumplirá el próximo 13 de marzo. En tiempos de tantas pérdidas, no podemos más que agradecer de tener a uno de nuestros en plenitud creativa (este año editó tres discos) y física. ¡Gracias, Fito!
Por Santiago Ramos
PH: Ulises Hoyos Lozano