El CONICET desarrolla una vacuna contra el Chagas
Se encuentra en fase preclínica y se aplicará por vía nasal. En pruebas realizadas en modelos animales, logró reducir la inflamación, la miocarditis y las alteraciones electrocardiográficas asociadas a la enfermedad en su etapa crónica.
Investigadores del CONICET en el Instituto de Inmunología Clínica y Experimental de Rosario (IDICER, CONICET-UNR) junto con el Laboratorio de Tecnología Inmunológica de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), desarrollan un prototipo vacunal de administración nasal para prevenir el Chagas.
En las pruebas preclínicas realizadas en modelos animales, identificaron una reducción de la inflamación cardiaca y otras afecciones derivadas de la infección crónica, un aspecto poco explorado en el desarrollo de vacunas.
Pérez, una de las autoras del estudio y directora del IDICER, explica que el Chagas es una infección parasitaria que afecta principalmente al corazón en alrededor del 30% de los casos. Además, puede derivar en otras complicaciones graves como el agrandamiento del colon o el esófago, e incluso afectar el sistema nervioso en menor medida.
Esta afección se desarrolla entre quince y treinta años después de la infección, la cual suele ocurrir en la infancia. Como consecuencia, impacta mayormente en adultos jóvenes de entre 30 y 40 años. “Las personas con miocardiopatía chagásica avanzada ven deteriorada su vida cotidiana y algunas necesitan un trasplante”, señala la investigadora.
Se estima que entre 6 y 7 millones de personas en todo el mundo están infectadas por T. cruzi, lo que provoca aproximadamente 12 000 muertes cada año
Tratamientos actuales y el potencial de la vacuna nasal
Pérez señala que la enfermedad tiene dos etapas: una aguda, que dura los primeros dos o tres meses, y una crónica, que puede ser asintomática o manifestarse con complicaciones cardíacas y digestivas. Actualmente, los tratamientos disponibles incluyen benznidazol y nifurtimox, desarrollados hace siete décadas. “Estos fármacos son muy eficaces en la fase aguda, pero esta suele pasar desapercibida y se pierde la oportunidad de tratamiento”, expresa la investigadora.
Si bien la terapia en etapas tardías también puede ser efectiva, su tasa de éxito es del 50% o menos. Un caso particular es el de los bebés infectados vía congénita, quienes, si reciben tratamiento inmediato, pueden curarse con un 100% de efectividad.
“Nuestra vacuna experimental es preventiva y se administra por vía nasal, lo que podría facilitar su aceptación y aplicación”, explica la científica. Sin embargo, aclara que no está diseñada para quienes ya padecen la enfermedad. En paralelo, el equipo de Marcipar en la UNL desarrolla una versión terapéutica, dirigida a personas en fase crónica indeterminada, para prevenir la evolución a miocarditis.
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