Cuatro de cada diez jóvenes argentinos aún vive con sus padres
La falta de acceso a la vivienda afecta a millones de jóvenes de entre 25 y 35 años en Argentina, un problema que se agrava con el tiempo.
En Argentina, 4 de cada 10 jóvenes de entre 25 y 35 años siguen viviendo con sus padres o abuelos debido a la imposibilidad de acceder a una vivienda propia. Esta situación, que afecta a 2,3 millones de personas, se ha mantenido como una problemática constante durante las últimas dos décadas, limitando las perspectivas de independencia de las nuevas generaciones.
Las recurrentes crisis económicas en el país han obstaculizado tanto el presente como la planificación futura, haciendo que, incluso con estudios universitarios y trabajos formales, la posibilidad de adquirir una vivienda se torne cada vez más inalcanzable.
Según un informe de la Fundación Tejido Urbano, en 2024, el 35% de los jóvenes no había logrado emanciparse, lo que representa aproximadamente 2 millones de personas. A pesar de una leve mejora en la década anterior, desde 2016 este porcentaje ha fluctuado en torno al 39%, y en 2023 alcanzó el 37%.
Este panorama plantea una preocupación a futuro: una creciente demanda insatisfecha de viviendas. La falta de ingresos suficientes y ahorros necesarios para independizarse ha generado un ciclo negativo, donde la construcción no responde a las necesidades de este segmento, perpetuando su dependencia familiar.
Las dificultades para la emancipación varían según la región. En el norte del país, los bajos ingresos dificultan aún más la posibilidad de independizarse, mientras que en la Ciudad de Buenos Aires, a pesar de los altos costos de alquiler, los mayores ingresos permiten a los jóvenes enfrentar mejor estos desafíos. Las ciudades con centros educativos también presentan tasas de emancipación más elevadas, debido a la migración de jóvenes en busca de oportunidades laborales y académicas.