¿Cuándo se considera eyaculación precoz?

Las dificultades sexuales son más comunes de lo que pensamos. Muchas personas con pene han tenido alguna vez un episodio de eyacular antes de lo que les gustaría; aunque eso no puede considerarse eyaculación precoz. Ante una situación estresante, o cuando estás con alguien que te gusta mucho y te genera ansiedad, o un día complicado. Eso te puede llegar a pasar en algún momento, y si lo vivís como fatal, puede dar origen a un espiral fatídico. Entonces, muy importante, no te autodiagnostiques antes de tiempo.

Uno de los principales motivos por el que los socializados varones recurren a la consulta es porque les gustaría “durar más” en el sexo. El temor principal está en no ser capaces de satisfacer a otras, a no ser buen amante, ya que en las personas con pene, muchas veces recae toda la responsabilidad del placer de otras personas involucradas.

Antes no estaba el foco puesto en la duración, ya que la potencia y la descarga eran lo único que importaba, pero a partir de la visibilización del orgasmo de las personas con vulva se empezó a difundir esta exigencia de “aguantar” lo suficiente para que tengan su vivencia orgásmica todas las partes en el momento de la penetración. Previo a este cambio cultural no existía la eyaculación precoz como disfunción. No aparecían malestares asociados a “eyacular rápido”, hasta era considerado un signo de hombría y virilidad. Actualmente, como se exige responder por el orgasmo de la otra persona, retrasar la eyaculación es algo que se “debe hacer”, ya que su placer depende de él. Por esto es que se identifica a la eyaculación precoz como una patología.

Eyaculación precoz

El DSM-V, dice que un hombre padece eyaculación precoz si tiene «un patrón persistente o recurrente en que la eyaculación producida durante la actividad sexual en pareja sucede aproximadamente en el minuto siguiente a la penetración vaginal y antes de que lo desee el individuo». Aunque en una nota se indica que se puede padecer también en prácticas que no incluyan la penetración vaginal (sin especificar tiempos), ni científica ni socialmente se suelen tener en cuenta (muy coitocentrista todo). Si nos guiamos por un googleo, vamos a encontrar sitios que dicen que es eyacular antes de que pasen 2 minutos después de la penetración o que tenés que aguantar al menos 5 minutos para no ser eyaculador precoz.

Con esto quieren decir que, si tardás poco en eyacular desde que la metes, es porque tenés una enfermedad.

Esta idea está basada en los siguientes preconceptos:

• La penetración es la práctica más importante.
• Tenés que dar placer a la otra persona mediante penetración.
• Todas las personas tienen que tener vivencias orgásmicas durante el coito.
• El tiempo de estimulación en otras prácticas no cuenta como sexo.
• Que el encuentro sexual sea placentero o no, no es lo más relevante.
• Tienen tan arraigada esta idea de que durar mucho es signo de éxito y placer que se enfocan en ello y no pueden disfrutar. Lo que te hace buen amante es “durar mucho”… Aunque te aburras, aunque te canses, aunque no sea placentero.

Hablamos de insatisfacción con el momento eyaculatorio y no de eyaculación precoz. Porque el tema acá es eyacular antes de lo deseado, pero no en términos de tiempos, sino de insatisfacción y de falta de control sobre la emisión. Es decir, no es una cuestión de tiempos (por eso no estoy de acuerdo con el concepto de eyaculación precoz) sino de control y satisfacción sexual. Si empezás a obsesionarte con el tema de los minutos, no vas a pensar en otra cosa durante el encuentro, y lo más probable es que te vuelva a pasar.

Causas

Es una dificultad que no suele deberse a aspectos orgánicos, más bien de orden psicógeno. Tiene una base psicológica aunque tenga una expresión fisiológica, es decir, es algo que nuestra cabeza fabrica o aprende, incluso sin que seamos conscientes de ello.

En cuanto a las causas, son multifactoriales, no es producto de un glande muy sensible, o de ser una persona muy sexual o estar muy excitada, sino más bien de un aprendizaje no funcional; una insuficiente educación sexual orientada al placer, estilo masturbatorio (carrerita al orgasmo), experiencias previas, cambio de pareja sexual, hacerlo a las apuradas, ansiedades, inseguridades, miedos, tensión, exigencias de rendimiento, evaluación, etc.

¿Por qué me pasa ahora si antes no me pasaba?

Porque muchas veces se producen ciertos cambios en la vida y eso también afecta al plano sexual. Revisá si has cambiado de compañero/a recientemente, si tenés sexo en un lugar diferente, si estás sometida a más tensión, o si tienes algún problema que te preocupa; si estás con la misma persona, analizá qué puede haber cambiado o cuál fue la primera vez que te ocurrió y cómo reaccionaron ante eso. A veces, un pequeño detalle es suficiente para que nos invada la ansiedad y nos ocurra una y otra vez.

¿Qué hacer y qué no?

La soluciones más comunes pero NO efectivas son:

• Pensar en otra cosa (neutras o desagradables)
• Autoestimularse antes
• Abandonar el pene y no acariciarlo
• Tomar bebidas alcohólicas o consumir sustancias
• Recurrir a productos retardantes (preservativos y geles)

Tener en cuenta que una falta de control sobre la eyaculación no necesariamente afecta a las posibilidades de experimentar placer y orgasmos, de conocerse, de comunicarse y relacionarse sexualmente. Si estás pasando por una dificultad sexual, tenete paciencia y compasión. Es importante bajarle a los niveles de autoexigencia y si te genera malestar, realizar una consulta a especialista.

Si es tu vínculo quien tiene una dificultad sexual, tu rol adquiere un papel central porque, aunque no es tu responsabilidad, la actitud que tomes al respecto sí va a influir positiva o negativamente en que esta persona pueda gestionar su dificultad o en que esta empeore.

Recordar que cada quien es responsable de su erotismo; pero esto ha de hacerse de tal manera que no implique dejar de lado y olvidarse de que estamos compartiendo intimidad con otra persona.

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