Björk provocó un hechizo colectivo en el arranque del festival Primavera Sound
La inauguración oficial del festival
La islandesa, que lanzó hace pocas semanas su disco “Fossora”, tocó junto a la sección de cuerdas de la Orquesta del Teatro Colón. Antes, también brillaron la local Feli Colina, la chilena Javiera Mena y la mexicana Julieta Venegas. Björk provocó un hechizo colectivo en el Primavera Sound.
En la primera jornada formal del festival Primavera Sound Buenos Aires en Costanera Sur, caracterizada por una grilla conformada exclusivamente por mujeres, con la presencia de Julieta Venegas, Javiera Mena y Feli Colina, la islandesa Björk no solo se llevó todas las miradas, sino que además fue la responsable de un hechizo colectivo, a partir de un cautivante set junto a la sección de cuerdas de la Orquesta del Teatro Colón.
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Consecuente con una trayectoria marcada por un personal estilo que rompe todos los moldes, la icónica artista pateó otra vez el tablero de esta manera, al eludir la lógica festivalera que indica interpretar los grandes éxitos en el formato más parecido al original, como para atraer la atención de un público que probablemente no esté integrado en su totalidad por sus propios seguidores.
Al aire libre y frente a una multitud, la islandesa, que lanzó hace pocas semanas su disco “Fossora”, brindó un concierto de auditorio cerrado, con fuerte énfasis en los climas y sutilezas sonoras que requerían de una especial atención.
Como es habitual, Björk desplegó su histrionismo -más vocal que corporal-, confeccionó un repertorio que tuvo un fuerte anclaje en sus discos de los años `90 pero que también puso un ojo en su presente, y lució una vez más un traje de escena acorde con su propuesta estética y el concepto del espectáculo que propone.
Además de que esta vez el contexto impidió una gran puesta escénica, el toque distintivo en relación a lo que esta artista ya nos tiene acostumbrados es que se mostró en un formato orquestal para lo cual apeló a la orquesta del Colón, lo que permitió crear un universo sonoro de ensoñación.
Alternando pasajes de pomposas ejecuciones con el arco con otros en los que los pizzicatos desgranaron notas como si fueran gotas de lluvia, la islandesa se mostró a sus anchas y canciones como “Lionsong”, “You´ve Been Flirting Again”, “Isobel”, “Hunter” o “Jóga” alcanzaron un nuevo nivel.
En ese contexto, Björk acompañó con el cuerpo algunos movimientos musicales de la orquesta, puso sobre la mesa su expresividad vocal y vociferó un simpático “gracias” en español -remarcando bien la letra R- al finalizar cada tema, entre otras cosas que se confabularon para hechizar al público.
Paradójicamente, la gente igual terminó saltando en plan festivalero cuando la islandesa comenzó su despedida con el tema “Pluto”.
En realidad, el cierre estuvo acorde con lo que se fue insinuando a lo largo de toda la tarde en el predio de Costanera Sur desde que a las 17 horas puso en marcha el festival la local Feli Colina, seguida por Javiera Mena y Julieta Venegas.
Fue justamente la mexicana la encargada de preceder a Björk, y lo hizo con un set a tono con la calidez que la caracteriza y una imagen propuesta desde el vestuario en el extremo opuesto al de la islandesa.
Con un sobrio vestido blanco y con su acordeón colgada, la sencillez de Julieta Venegas se extendió también a sus intenciones musicales, de corte más minimalista.
Pero en medio de sus canciones pop, con sonoridades que reconocen influencias del bolero y la ranchera, se despachó con alguna página más netamente bailable, en donde el bajo apeló al slap y el saxo ofreció variantes en cuanto a texturas.
Promediando su show, la mexicana presentó un ensamble de cuerdas -más modesto que el de Björk- que entre otras cosas le sumó nostalgia a “Me voy” o trajo el recuerdo sonoro de la Electric Light Orchestra en la discotequera “Mismo amor”.
Julieta Venegas también se reservó un momento para lucirse como pianista con la soulera base de “Eres para mí” y para dejar un mensaje de concientización sobre el terror que sienten las mujeres cuando tienen que volver solas de noche de algún lugar a través de su nueva canción “Caminar sola”.
“Quiero decir cosas muy profundas pero no me va a salir, así que gracias”, dijo Venegas antes de despedirse del todo con “El presente”.
Con nuevo disco bajo el brazo titulado “Nocturna”, la chilena Javiera Mena regaló un electrizante momento pop e hizo gala de un magnetismo destacable.
“Buenos Aires, ¿estamos listos para esta sincronización entre tú y yo?”, pregunto al iniciar su actuación, para lanzar su arsenal pop con “Isla de Lesbos”, seguida por “Luz de piedra de luna”.
Pero en medio del baile pop, Javiera Mena también desbordó sensualidad y “Me gustas tú” y “Eclipse total” fueron la prueba de ello.
La grilla la completó Feli Colina, que abrió la tarde con su lectura electrónica de ritmos folclóricos. Tan atrapante como el resto de los sets, los abordajes de “Trigal”, de Sandro, o de “Carnavalito del duende”, del Dúo Salteño, aparecieron como agradables sorpresas.
Con esta grilla de temática feminista, no solo por el género de las artistas sino por el mensaje en tal sentido que trasmiten a través de sus obras, comenzó formalmente el Primavera Sound Buenos Aires, luego del anticipo del pasado 14 de octubre, que bajo el nombre “Road to Primavera” reunió a Jack White, Pixies, Cat Power y Las Ligas Menores.
El festival seguirá a lo largo de toda la semana con conciertos en distintos puntos de la ciudad y tendrá su epicentro el próximo sábado 12 y domingo 13, en Costanera Sur. Hernán Cattáneo y Travis Scott son las principales atracciones del primero de los días, del que también será parte L-Gante.
En tanto, el domingo estarán Arctic Monkeys, Lorde, Interpol y Phoebe Bridgers como números principales.
Foto: Alfredo Luna
Reseña: Hernani Natale
Fuente: Agencia Télam