Después de semanas de rumores, indirectas y declaraciones explosivas en los medios, se confirmó lo que muchos ya sospechaban: ¡Pampita y Roberto García Moritán se divorcian!.
La pareja, que estuvo casada por cinco años, ha decidido ponerle fin a su relación en medio de una tormenta mediática que ha captado la atención de todos.
La noticia fue confirmada por el periodista Pepe Ochoa en el programa “LAM”, donde reveló que Pampita inició los trámites legales de separación el 26 de septiembre.
Ese día, según Ochoa, la conductora y modelo se presentó en un importante estudio de abogados con un solo objetivo: “empezar el divorcio“.
Lo que llama la atención es que no acudió a la oficina de Fernando Burlando, como muchos esperaban, sino que eligió otro bufete para manejar su caso.
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El periodista detalló que ese mismo día, Roberto García Moritán, empresario y político, abandonó la casa que compartían, propiedad de Pampita.
La decisión final de Pampita
“Ella llegó furiosa al estudio de los abogados y estuvo reunida durante horas para cerrar todos los detalles del divorcio“, relató Ochoa, agregando que su principal preocupación era garantizar que su patrimonio no se viera afectado por la separación.
Y es que, según se supo, Pampita estaba decidida a no repetir la experiencia de Milagros Brito, exesposa de García Moritán, quien tuvo que ceder parte de su fortuna en el divorcio.
Para evitar esta situación, la modelo se tomó su tiempo para asegurar que el acuerdo prenupcial –o como se denomina legalmente, el “régimen de separación de bienes”– estuviera en regla antes de que el caso llegara a los tribunales. “No quiero que me pase lo mismo“, habría dicho Pampita en referencia al caso de Brito.
Con este movimiento estratégico, Pampita logró blindar los bienes adquiridos durante su matrimonio, mientras que Moritán, según Ángel de Brito, atraviesa una complicada situación financiera, ya que se quedó prácticamente sin ahorros.
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