¿Qué pasa si no tenemos sexo durante mucho tiempo?

En su columna semanal la Lic. Noelia Benedetto nos explica lo que produce la falta de sexo.

Como cada semana en Notify hablamos con nuestra sexologa de confianza, la Licenciada Noelia Benedetto En el día de hoy nos preguntamos:  ¿Qué pasa si no tenemos sexo durante mucho tiempo?

Hay mucha fake news dando vueltas acerca de los efectos adversos que genera la “falta de sexo” en el cuerpo y la mente. Por ejemplo, según un informe de la revista Marie Claire, la calidad de vida sin dudas puede empeorar por inactividad sexual, tanto como por falta de ejercicio o de alimentación saludable.

Primero tendríamos que definir a qué falta de sexo nos estamos refieriendo. Cuando circulan estas noticias se habla de sexo compartido, es decir, relaciones sexuales coitales. Esa operación invisibiliza, desjerarquiza e invalida el sexo individual: autoestimulación y fantaseo y las prácticas no insertivas, lo que refuerza el coitocentrismo.

Por otro lado, la sexología clásica define la abstinencia como la no utilización de los genitales para ninguna actividad sexual. Esto también implica un concepto reduccionista del sexo, ya que no necesariamente involucra lo genital.

Se apela a argumentos débiles de aumento o descenso de ciertos indicadores que pueden obtenerse practicando el autoerotismo o bien realizando otras actividades: baja en la secreción de endorfinas, oxitocina, serotonina, dopamina y su relación con el bienestar, apatía, depresión, alteraciones en el ciclo sueño vigilia,  inteligencia, memoria de reconocimiento, aumento de peso, de los niveles de estrés, cortisol, prolactina, ansiedad y angustia. 

¿Qué pasa si no tenemos sexo durante mucho tiempo?

No aumentan las posibilidades de morir de una enfermedad cardíaca, no hay riesgo de hipertensión arterial. Tampoco compromete al sistema inmunológico (baja de defensas), no afecta a futuras excitaciones (mental, lubricación, erección), ni impacta en una merma del deseo sexual, no causa acné ni pérdida de brillo en la piel.

No es cierto que provoque que los próximos encuentros sean dolorosos en las personas con vulva, la vagina es una cavidad virtual, por lo que no utilizarla para prácticas insertivas no va a causar su atrofia ni cierre.

La práctica sexual disminuye las probabilidades de contraer cáncer de próstata en peneportantes, pero no tiene que ser sí o sí compartida. Todas las anteriores pueden sucederle de todos modos a personas que mantienen relaciones sexuales frecuentemente.

Si no tenemos sexo compartido sucede eso, no tenemos relaciones sexuales y punto.

Romper estigmas

Existe una idea generalizada de que tener relaciones sexuales regulares es una parte importante del bienestar emocional y que no tenerlas implica malestar. Que esto genere padecimientos o saldos negativos a nivel de la salud es parte de la alonorma y del mandato de hipersexualidad con el que nos bombardean constantemente los medios. Inclusive comprar este tipo de información puede generar más angustia que la “ausencia de sexo” en sí misma, ya que es una forma de ponerse en falta. 

Hay personas cuya orientación corresponde al espectro asexual que no tienen sexo compartido y eso no les representa ningún malestar, existen quienes disfrutan de una vida plena y satisfactoria sin tener relaciones sexuales, y hay otras que quisieran tener encuentros eróticos pero no los pueden llevar a cabo por diversos factores, y eso puede que les represente algún tipo de malestar ya que se ven limitadas a realizar algo que sí desearían. 

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La cantidad y frecuencia de sexo que una persona tiene varía a lo largo de su vida, la realidad es que no hay una cifra estipulada de sexo para estar bien. Tener más sexo no es sinónimo de más salud, puede ser indiferente, insatisfactorio, o hasta una fuente de displacer para algunas personas. 

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Está demostrado por múltiples estudios que una vida sexual activa aporta beneficios para la salud, pero eso no implica necesariamente que una práctica escasa o nula sea perjudicial.

El sexo no es una necesidad biológica, podemos obtener beneficios biopsicoemocionales de cualquier conducta que nos genere placer. Meloni plantea que “decir que no tener sexo nos enferma, es lo mismo que decir que nos enfermamos por tenerlo. Patologizar circunstancias es patologizar personas”.

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