Muebles de pelotas recicladas
La ecodiseñadora Mathilde Wittock transforma pelotas de tenis en muebles sostenibles.
La ecodiseñadora belga Mathilde Wittock fabrica muebles personalizados utilizando pelotas de tenis descartadas. Sus modernas y elegantes tumbonas están rellenas con 500 pelotas de tenis, dispuestas cuidadosamente para reemplazar los cojines convencionales. Del mismo modo, sus bancos de un metro de largo están construidos con unas 270 pelotas, logrando un diseño estructural y estéticamente atractivo.
Cada año, se producen 300 millones de pelotas de tenis, de las cuales la mayoría se desechan. Wittock, en su compromiso con la sostenibilidad, ha comenzado a reutilizar algunas de estas pelotas, elaborando muebles circulares que evitan que el caucho y el fieltro terminen en vertederos.
Con la capacidad de transformar hasta 1.800 pelotas diarias, Wittock y su equipo fabrican dos productos destacados: una tumbona y un banco. Solo en el reciente US Open se utilizaron 70.000 pelotas, demostrando la magnitud de este problema de desecho. A pesar de que la producción puede demorar entre 2 y 3 semanas, los resultados justifican la espera. Las pelotas son teñidas para combinar con los interiores, resultando en muebles atractivos y extremadamente cómodos.
“Se necesitan unos 24 pasos para fabricar una pelota de tenis, lo que lleva aproximadamente cinco días. Sin embargo, su vida útil es muy corta”, explicó Wittock. Como jugadora de tenis, ella conocía de primera mano la cantidad de residuos generados por el deporte y decidió buscar formas innovadoras de reutilización.
Las pelotas de tenis, conocidas por su durabilidad, tardan hasta 400 años en descomponerse si no son recicladas. Wittock recibe pelotas donadas por diversas instituciones, como la Federación de Valonia, que recientemente le entregó 100.000 pelotas usadas, suficientes para nueve meses de producción.
“El ecodiseño se basa en la circularidad”, señaló Wittock. “No solo se trata de usar materiales reciclados, sino también de pensar en el ciclo de vida completo. Si no se pueden reutilizar los elementos para crear algo nuevo, no es un verdadero ecodiseño”.
Además, los propietarios de los muebles pueden devolver las piezas a Wittock para que las carcazas de goma sean recicladas en colchonetas para áreas de juego, asegurando así un proceso completamente sostenible.