Miimdam: Un eclipse solar para todos

Un dispositivo desarrollado por la UNAM permite a personas con discapacidad visual "escuchar" el eclipse solar de este lunes.

Este lunes 8 de abril, millones de personas en Norteamérica se congregarán para presenciar un eclipse solar total. Un espectáculo astronómico que, gracias al desarrollo científico, también podrán disfrutar personas ciegas y con disminución visual. ¿Cómo? “Escuchando” el eclipse.

El Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha desarrollado Miimdam, un dispositivo del tamaño de una caja de cereales que convierte la luz del sol en sonido envolvente. Los pulsos que se escuchan al encender el dispositivo son una interpretación de la luz emitida por la estrella. Cuando se pone bajo los rayos del Sol el audio es más puro, y ante la disminución de la luz los cambios son evidentemente perceptibles, señaló Luis Carlos Álvarez Núñez, especialista en IA de la UNAM y uno de los desarrolladores.

¿Cómo funciona Miimdam?

La luz que llega del Sol es captada por un detector que genera una señal eléctrica que va hacia un microprocesador. Este produce frecuencias de sonido que se transforman en audio.

Un dispositivo accesible para todos

Los científicos de la UNAM han puesto a disposición del público un manual de armado para que cada persona pueda construir su propio Miimdam. Las instrucciones están disponibles online y, según precisaron, el dispositivo puede ensamblarse incluso por estudiantes de nivel secundario.

Miimdam vs. LightSound

Miimdam no es el primer dispositivo que traduce la luz del sol en sonido. LightSound es un equipo similar que ya había desarrollado la Universidad de Harvard para la organización Lighthouse for the Blind en Fort Worth.

Los desarrolladores de Miimdam tomaron como base LightSound, pero como crear exactamente el mismo modelo era muy costoso, debieron innovar en algunos aspectos. El resultado, aseguran desde la UNAM, “en numerosos aspectos es mejor, como en la calidad del sonido”, ya que Lightsound “termina como un pitido que, luego de unos minutos, resulta molesto porque es demasiado agudo”, algo que no ocurre con Miimdam.

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