Máximo Thomsen: “Quiero pedir disculpas porque jamás en la vida se me hubiese ocurrido matar a alguien”

Uno de los acusados por la muerte de Fernando Báez Sosa pidió declarar en la causa y aseguró que no tenía intención de matarlo.

El rugbier Máximo Thomsen declaró en la causa por la muerte de Fernando Báez Sosa: “Quiero pedir disculpas porque jamás en la vida se me hubiese ocurrido matar a alguien”. El acusado pidió declarar luego de escuchar a su madre. En la jornada de hoy prestaron testimonio dos de los jóvenes sobreseídos en la causa, amigos y madres de algunos de los acusados.

“Quiero pedir disculpas porque jamás en la vida se me hubiese ocurrido matar a alguien. Escuché varias cosas sobre mí varios años. No reconocía porque generaban tanto odio hacia mi persona, yo jamás en la vida tendría esa intención”, dijo Thomsen. “Es algo que nunca en la vida hubiese buscado. Jamás en la vida hubiese sido mi intención. Quería hoy en este lugar dar la realidad de lo que pasó eso día, esa noche”, agregó.

Luego recordó cómo se enteró de la muerte de Fernando. “Al otro día supe lo que había pasado. Cuando estábamos todos en el piso nos dice: “¿Ustedes saben por qué están acá? Ustedes mataron un pibe”. Ahí me empezó a dar vueltas todo en la cabeza y me puse a vomitar, pero yo hasta el día siguiente no lo creía, mi cabeza no lo podía procesar porque yo no lo entendía”, recordó.

Consultado por el fiscal Gustavo García sobre dónde se encontraba cuando inició la pelea, Máximo respondió: “Por lo que vi en los videos caminando con alguno de mis amigos. Tuve que mirar los videos porque por el alcohol y la asfixia no recordaba. Miré para el costado y vi un grupo grande de chicos como que se iban a enfrentar con mis amigos. Cuando llego a la ronda y, se abre, siento un golpe en la cara”, sostuvo.

Después se exhibió uno de los videos grabados por Lucas Pertossi y se le preguntó quién estaba en el piso. “Hoy en día por todo lo que vi deduje que es la víctima”, dijo y cuando le interrogaron qué hizo él explicó que cuando entró a la ronda recibió el golpe y pegó “una o dos patadas, no sabría a quién ni cómo”. “No recuerdo a quien le pegué ni cómo. En el momento estaba como en shock con todo lo que había pasado antes y entré en esa situación”, sostuvo.

A continuación se le pidió que identificara a sus compañeros y dijo que no respondería por otras personas. Luego reconoció las prendas que vistió ese día, incluidas las zapatillas con sangre que complica su situación procesal. Cuando el abogado Fernando Burlando quiso interrogarlo, Thomsen se negó: “No me siento cómodo respondiendo a una persona que dijo muchas barbaridades sobre mi persona y que insultó a mi mamá”, dijo y la jueza dio por finalizada la audiencia.

Las otras declaraciones

Juan Pedro Guarino, amigo de los acusados y sobreseído de la causa recordó que vio a sus amigos discutiendo con dos chicos. “Después de eso hay una avalancha de gente, me caigo a la pista y se hace una ronda gigante y veo como están sacado a a Máximo y a los otros del boliche”, dijo y aseguró que él no fue sacado del recinto.

En otra parte de la declaración dijo que vio a Máximo Thomsen y a un chico tirado en el piso que después supo quien era. “Me lo entero al otro día y cuando vi eso no lo podía creer me enojé muchísimo y me fui”, expresó. “Habíamos ido de vacaciones a pasarla bien, ellos ya se habían peleado otras veces. Yo había hablado con mi mamá y mi novia que si volvía a pasar yo me iba a volver de la vacaciones, por eso digo que no lo podía creer”, agregó. Más tarde identifica a algunos de sus compañeros en el material audiovisual reunido para la causa y en los audios de WhatsApp que se intercambiaron esa noche.

“Quiero darle mis condolencias a la familia. Nunca pude hacerlo. Fue por respeto. Quería que vieran que no estaba en la causa, que era sincero, todos los días desde que pasó me pregunto si podría haber hecho algo para que no pasara”, dijo sobre el final.

T.I.C, el joven de Zárate que era menor de edad en aquél entonces y que compartió la noche del asesinato con los acusados. El “rugbier número 11” recordó la discusión en el boliche donde Luciano y otro chico fueron sacados del establecimiento. “Había gritos por todos lados no sabía qué hacer. En un momento vi a alguien en el piso y ahí le pongo el brazo a Máximo en el pecho y lo tiro para atrás, yo no soy de pelearme, lo hice con intención de que no se pelee más”, dijo sobre el momento de la pelea. Finalmente dijo que no podía “definir” a los acusados por este suceso. “No puedo dar un concepto porque para mí son buenos chicos”, cerró.

José Aníbal Leguiza y Santino Franco Massagli amigos de Blas Cinalli también declararon sobre su presencia en Villa Gessel y el intercambio de mensajes que tuvieron donde tomaron conocimiento de la pelea que habían tenido los acusados. Ninguno de los dos entendió qué era la expresión “sin signos vitales” y reconocieron que Cinalli consumía alcohol hasta embriagarse.

“Fue un desastre, una desgracia muy grande. No quiero ni pensar lo que habrán pasado los papás de este chico, pero nosotros también lo sentimos y sufrimos mucho”, manifestó en su declaración María Paula Cinalli, madre de Blas. “Seguimos sufriendo ataques personales y familiares con todo el show mediático que nació a partir de esta desgracia tan grande”, agregó.

“Me operé, hice rayos y quimioterapia, sigo en tratamiento. Lo dejé para poder venir acá. Lo único que hago es salir de mi casa para ir a ver a mi hijo a la cárcel e ir al medico. Así hace dos años. No puedo mas no puedo seguir sobrellevando todo esto. Es una pesadilla”, dijo Rosalía Zárate, madre de Máximo Thomsen en su declaración.

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