Londres abrirá al turismo túneles secretos de la Segunda Guerra Mundial
El laberinto bajo las calles de la capital británica contará con exposiciones interactivas que permitirán conocer su historia.
Treinta metros bajo el suelo de Londres, una red de túneles que en su momento sirvió como refugio durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial se prepara para convertirse en una de las principales atracciones turísticas de la ciudad. Ubicados en Holborn, estos pasajes serán transformados en un espacio de museo, exhibición y entretenimiento.
El proyecto, liderado por la empresa The London Tunnels, prevé abrir sus puertas al público entre finales de 2027 y principios de 2028. “Es real. Es emocionante”, declaró a Reuters Angus Murray, director ejecutivo de la compañía responsable, mientras recorría una de las estructuras de acero.
La iniciativa contempla la creación de un centro que fusionará historia y tecnología para ofrecer una experiencia inmersiva. De acuerdo con Murray, los visitantes podrán recorrer las distintas etapas del pasado londinense en un entorno dinámico e interactivo.
El diseño incluirá espacios temáticos que reflejarán los distintos usos de los túneles a lo largo del tiempo. Se conservarán elementos originales como generadores, tuberías y paneles de control, al tiempo que se incorporarán exhibiciones interactivas para enriquecer el recorrido.
Uno de los aspectos más llamativos del proyecto es la magnitud del recinto subterráneo, que cuenta con 1.6 kilómetros de longitud y una altura suficiente para albergar un autobús de dos pisos. “En Londres, si hay algo que siempre funciona, es el turismo”, comentó Murray.
Un refugio que nunca se usó como tal
Construidos manualmente entre 1940 y 1942, los túneles surgieron en plena ofensiva aérea alemana, conocida como el Blitz, cuando los bombardeos sobre la capital británica eran constantes. Aunque se diseñaron como refugios antiaéreos de gran profundidad, para cuando estuvieron terminados, la intensidad de los ataques había disminuido, por lo que nunca cumplieron esa función. En cambio, con el paso de los años adquirieron otros usos, desde centro de operaciones de espionaje hasta nodo de telecomunicaciones.
En 1944, la Dirección de Operaciones Especiales ocupó los pasajes durante las últimas fases del conflicto. En ese periodo, Ian Fleming, autor de las novelas de James Bond, trabajó en estos túneles como parte de la Inteligencia Naval británica, lo que, según se cree, inspiró la creación del famoso Departamento Q, responsable de los gadgets del agente 007.
Para 1949, la Oficina General de Correos asumió el control de la estructura y la incorporó al sistema de telecomunicaciones del Reino Unido. En 1956, se convirtió en el punto de terminación del TAT-1, el primer cable telefónico transatlántico que enlazó Europa con América del Norte. Durante la Guerra Fría, en 1963, estos corredores albergaban la línea directa y segura entre la Casa Blanca y el Kremlin, conocida como el “teléfono rojo”.
En 1981, el gobierno británico transfirió su propiedad a British Telecom (BT), que en 2008 anunció su venta. Finalmente, en 2021, comenzaron a gestionar el proyecto de revitalización.
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