#LaSexión: “Mi pareja no quiere tener hijos y yo sí. No quiero romper la relación. ¿Cómo conciliar esta situación?”

La Lic. Noe Benedetto responde a la cajita de preguntas de los usuarios con una duda que surge frecuentemente.

por Lic. Noe Benedetto

El deseo de tener hijos/as es una de las decisiones más significativas en la vida de una persona. Esta aspiración puede ser una fuente de gran alegría y realización, pero también puede generar tensiones y conflictos si no se comparte de manera uniforme. ¿Qué sucede cuando una de las partes anhela la paternidad o maternidad y la otra no? Este dilema puede poner muchas veces en jaque la estabilidad de la relación.

¿Cómo seguir?

La comunicación es siempre la respuesta, no hablar de esto puede llevar a malentendidos, pero no tratemos de resolverlo todo en una sola charla.

El primer paso es escuchar y comprender las razones detrás de la postura de la otra persona – si es que las tiene -. ¿Por qué no quiere tener hijos/as? Las razones pueden variar desde preocupaciones financieras, no querer perder la libertad, experiencias negativas propias o ajenas, objetivos profesionales y/o personales, hasta simplemente no sentir el deseo de mapaternar. Del mismo modo, es importante que puedas expresar tus propios deseos y razones para querer tener hijos/as, es decir, que todas las personas involucradas expresen sus sentimientos, preocupaciones y deseos de manera respetuosa y se sientan escuchadas y comprendidas. La divergencia en el deseo de tener hijos/a puede generar una amplia gama de emociones, desde la tristeza y la frustración hasta el resentimiento y la confusión. Ambos deben reconocer y validar los sentimientos y deseos del otro, incluso si no están de acuerdo con ellos. Es crucial abordar estas conversaciones sin juzgar, con empatía y apertura.

Después de compartir y comprender las perspectivas de cada uno, es útil buscar un terreno común. ¿Existen puntos en los que ambas puedan estar de acuerdo?

Ante una situación conflictiva, una vez establecida la comunicación abierta y honesta, el siguiente paso es la negociación. En las negociaciones vinculares, es útil diferenciar entre límites duros y blandos.

Los límites duros son principios innegociables que cada miembro de la pareja tiene. En el contexto del deseo de tener hijos/as, un límite duro podría ser la decisión firme de no querer ser padre o madre bajo ninguna circunstancia. Estos límites deben ser respetados y aceptados por todas las partes, aunque puedan llevar a decisiones difíciles sobre la continuidad de la relación.

Los límites blandos, por otro lado, son áreas donde se puede hallar cierta flexibilidad, o que no resultan necesariamente determinantes. Por ejemplo, una pareja puede acordar reevaluar su decisión sobre tener hijos/as en unos años, o pueden explorar opciones alternativas como la adopción o el acogimiento temporal. Hay personas que eligen mapaternar individualmente mientras continúan el vínculo con su pareja conviviendo o no. Estos compromisos permiten a ambos sentirse valorados y respetados, sin comprometer sus principios fundamentales.

Resumiendo, los límites duros son aquellos no negociables, mientras que los límites blandos son flexibles y pueden ser discutidos y adaptados.

Existen diferentes estrategias de negociación. Con negociación no me refiero necesariamente a encontrar un punto medio, no significa que una persona deba ceder completamente a las demandas de la otra.

1. Terapia de pareja: Buscar la ayuda de un terapeuta. Un profesional puede facilitar la comunicación y ayudar a explorar sus sentimientos y necesidades de manera constructiva.

2. Evaluar opciones alternativas.

3. Compromisos Temporales: Si el deseo de mapaternar se encuentra dentro de los límites blandos, es importante acordar revisar la decisión en un futuro cercano puede dar tiempo a todas las partes para reflexionar y considerar sus sentimientos y circunstancias cambiantes.

Aspectos a tener en cuenta:

– Impacto en la relación: ¿Cómo afectará la relación a largo plazo si se cede a los deseos de una de las partes?

– Sentimientos de resentimiento: ¿Podría la decisión llevar a resentimientos futuros?

– Visión a largo plazo: ¿Cómo proyecta cada uno/a su vida dentro de 10, 20 o 30 años?

Aceptar la posibilidad de finalización de la relación

A veces, a pesar de los mejores esfuerzos, las personas pueden llegar a la conclusión de que sus deseos son incompatibles. Aceptar esta posibilidad y manejarla con respeto puede evitar malestares o decisiones forzadas. Reconocer que cada persona tiene derecho a concretar sus propios deseos puede facilitar una separación más saludable y menos conflictiva si es necesario.

El deseo de tener hijos/as es un tema profundamente personal y significativo que puede poner a prueba a una relación de pareja. Sin embargo, con una comunicación abierta, una negociación asertiva y el apoyo adecuado, es posible encontrar una solución que respete los deseos y necesidades de todas las partes. Es crucial recordar que, aunque este proceso puede ser difícil y emocionalmente desafiante, también ofrece una oportunidad para crecer y fortalecer la relación, ya sea juntos o por separado.

Cualquiera sea el desenlace, el respeto mutuo, la empatía y la comprensión son los pilares fundamentales para manejar cualquier desafío en una relación, incluyendo las decisiones sobre la paternidad o maternidad.

Es esencial recordar que cada vínculo es particular y que no hay una solución única para todas las relaciones.

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+ NOTIFY: Lic. Noe Benedetto: Sexo excelente, relación en picada ¿es posible salvarla?

 

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