La Sexión: “No te podés contagiar”¿Y si dejamos de hablar pavadas sobre las ITS?
La Lic. Noe Benedetto expone un reel sobre biodescodificación e infecciones de transmisión sexual que supone un riesgo colectivo. Desinformación, espiritualidad y confusión.

Esta semana se viralizó un reel protagonizado por Pablo Vázquez Kunz, donde se afirma que “desde la biodescodificación no existe el contagio” y que “una persona que tiene una enfermedad denominada de transmisión sexual, en realidad no es de transmisión sexual, es un programa biológico activo”.
Este tipo de contenido pone en riesgo a la población, especialmente a adolescentes y jóvenes, quienes hoy consumen información sobre salud sexual principalmente desde redes sociales. Si la desinformación se vuelve tendencia, tenemos un problema colectivo. Y si a esto se le suma la falta de implementación integral de la Ley de Educación Sexual Integral, el desmantelamiento de políticas públicas de prevención y el desabastecimiento de métodos de barrera, entonces el daño no es simbólico: es un hecho.
“No te podés contagiar”: desinformación en formato de espiritualidad
El video comienza con una pregunta al supuesto especialista:
“Pablo, Pablo, te tengo una pregunta. Yo no tengo ninguna enfermedad de transmisión sexual, me hice exámenes, pero estuve con una chica sin protección y ella tiene síntomas de una enfermedad de transmisión sexual. ¿A qué se debe?”
A lo que Vázquez Kunz responde:
“Lo primero que te digo es: tranquilo. Siempre hay que tener relaciones con protección, pero desde la biodescodificación no existe el contagio. Nadie se contagia. Nos han hecho creer, para que tengamos miedo, que nos contagiamos”.
Comienza recomendando el uso de protección, pero inmediatamente niega la posibilidad misma del contagio, usa el concepto estigmatizante de enfermedad y coloca el origen de las ITS en un supuesto “programa biológico activo”. Así, la responsabilidad se desplaza del campo biomédico al “conflicto emocional”.
Según su teoría:
“Una persona que tiene una enfermedad denominada de transmisión sexual, en realidad […] Lo que hizo primero su ectodermo, la capa epitelial de la vagina en la mujer, es ulcerarse. ¿Por qué se ulcera? Porque quiere recuperar el contacto con un hombre que perdió”.
Desde esta mirada, la infección no es provocada por un virus o una bacteria, sino por una necesidad emocional de contacto que activa un proceso corporal. La gravedad de esta afirmación es múltiple. En primer lugar, niega la existencia de agentes patógenos, algo que ha sido científicamente demostrado desde hace más de un siglo. En segundo lugar, psicologiza las ITS, responsabilizando a la subjetividad (o incluso al inconsciente) de lo que son, en realidad, procesos biológicos transmisibles. Y lo más preocupante es el cierre:
“Entonces, no te podés contagiar. […] Puede ser que tengas relaciones sexuales con esa chica y vos también estés viviendo un proceso de conflicto de separación y al estar juntos sentís que ese conflicto se resuelve y ahí hacés el síntoma. Pero no porque te contagiaste, sino porque resolviste un conflicto. […]”
Esta afirmación reproduce un marco de pensamiento mágico que no sólo es erróneo, sino peligroso. Lo primero que salta a la vista es el uso reiterado e incorrecto del término “enfermedad”. Desde hace años, los organismos internacionales como la OMS, OPS y ONUSIDA han recomendado hablar de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), ya que muchas veces las personas pueden estar infectadas sin presentar síntomas clínicos, es decir, sin estar enfermas. Hablar de “enfermedades” reproduce estigmas, genera pánico innecesario y excluye a quienes cursan una ITS de forma asintomática.
Las ITS no son un símbolo emocional: son infecciones reales
Las ITS sí existen y en algo este sujeto tiene razón y es que no se contagian, las ITS, como su nombre lo indica, se transmiten y sí generan consecuencias cuando no se previenen ni se tratan. Algunas como el VIH, la sífilis, la gonorrea, el herpes genital, el VPH, la hepatitis B, la clamidia o la tricomoniasis tienen transmisión comprobada por fluidos sexuales o por contacto piel con piel en zonas genitales. Si bien es cierto que el cuerpo puede responder al estrés, la tristeza o los duelos con síntomas físicos, eso no significa que una ITS sea la manifestación de un trauma vincular. Las infecciones tienen causas biológicas, no metafóricas.
Las palabras que usamos importan. Cuando un influencer niega el “contagio”, pero a la vez usa erróneamente la palabra “contagio” y además se refiere a “enfermedades”, está contribuyendo a una mayor confusión y desinformación.
Datos, no opinión: las ITS está en aumento
Las ITS vienen en aumento y el uso de métodos de prevención es alarmantemente bajo entre adolescentes y jóvenes.
Según datos recientes:
- Sólo el 5 % de adolescentes y el 13 % de jóvenes en Argentina usa siempre métodos de protección contra ITS. Más del 80% no utiliza barrera alguna.
- Se registra un aumento sostenido de ITS: sífilis (42%), gonorrea y clamidia, sobre todo en personas de entre 15 a 34 años.
- El 98% de los diagnósticos de VIH se dan por encuentros sexuales sin preservativo.
- #apelo fue Trendig Topic.
- En 2025, en Argentina, los fondos públicos destinados permiten la compra de 21 millones de profilácticos, mientras que el presupuesto destinado en 2023 permitió la distribución de 55 millones. Es decir, 34 millones menos de preservativos.
Frente a esta realidad, discursos como el de Vázquez Kunz refuerzan una cultura de la desprotección y el negacionismo sanitario, donde se vuelve cool desconfiar de la medicina y creer que la culpa de todo la tiene el inconsciente o el “programa emocional”.
Cerrar los oídos al negacionismo
Desmentir este tipo de discursos no es censurar: es defender la salud, la autonomía corporal y el derecho a vivir una sexualidad libre, cuidada y placentera. La viralización de este reel nos recuerda que la educación sexual integral no es un lujo, sino una necesidad urgente.
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Los titulares se desprenden de las consultas que propone la audiencia en @lic.noeliabenedetto
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