La Sexión: ¿Cómo chonguear con pareja abierta sin “engancharse”?

La Lic. Noe Benedetto se mete de lleno en el mundo de las relaciones abiertas y nos habla sobre el control de las emociones, los acuerdos y la ética de los vínculos en relaciones abiertas.

Primero me parece importante contarles que “Chongo” suele utilizarse para hacer referencia a una persona con la que se mantiene una relación sexual informal, pero es un vocablo de origen kimbundu, lo empleaban los tratantes de “marfil negro” para referirse a los esclavos robustos, dotados de excelentes condiciones físicas que los tornaban muy aptos para el trabajo, por eso se le señala como un concepto discriminatorio y racista.

Yendo de lleno al tema, actualmente muchas personas optan por explorar relaciones abiertas y también muchas otras se preguntan ¿cómo salir con alguien en este contexto sin que emerjan afectos que deriven en conflictos emocionales, celos o rupturas?

Un prejuicio común en torno a las relaciones abiertas es que quienes las practican deben ser emocionalmente desapegados o evitar involucrarse afectivamente. Este estereotipo es poco realista. Las personas que deciden tener una relación abierta no están exentas de experimentar apego, celos o enamoramiento. De hecho, estas dinámicas, lejos de ser un problema, forman parte de toda la experiencia humana.

Nos hagamos estas preguntas ¿Qué sería engancharse? ¿Perder el juego? ¿Por qué está tan instalado que el que se engancha pierde? ¿Ganamos más fingiendo frialdad emocional?

¿Qué significa “engancharse” y por qué preocupa?

Engancharse podría hacer referencia a un estado emocional en el que las expectativas o afectos hacia otra persona sobrepasan los límites acordados en la relación primaria. Esto puede generar tensiones y terminar reproduciendo las mismas dinámicas de exclusividad que las personas buscaban cuestionar al optar por la no monogamia. El problema de estas cuestiones no son los afectos en sí, sino más bien los acuerdos. Si yo hago un acuerdo basado en una utopía, es muy probable que tienda a desmoronarse en algún momento. ¿Cómo hacemos para ponerle un corralito a las emociones?

¿Es posible controlar las emociones?

Aunque los acuerdos son esenciales, también es crucial aceptar que no siempre podemos blindar nuestras emociones. El enamoramiento, el apego o la atracción por alguien nuevo son experiencias que escapan al control consciente. En lugar de intentar reprimir estas emociones, es más útil aprender a gestionarlas, reflexionando sobre:

¿Qué me motiva a sentir esto?

A veces, lo que percibimos como enamoramiento puede ser una proyección de necesidades insatisfechas en nuestra relación de base o un deseo de novedad y validación.

¿Es coherente este sentimiento con mis acuerdos?

Aquí es donde entra el trabajo reflexivo y crítico. Reconocer si nuestras emociones están alineadas con lo que hemos pactado es un paso clave para evitar conflictos.

¿Qué quiero hacer con estas emociones?

No se trata de negar los sentimientos, sino de decidir si y cómo expresarlos, y cómo podrían impactar a todas las personas involucradas.

¿Y si me engancho?

Engancharse no tiene por qué ser vivido como una “pérdida” o “fracaso”. Lo importante es cómo abordamos esta situación. Si una persona comienza a sentir emociones más profundas hacia alguien nuevo, es crucial:

Hablar con la persona que se considera vínculo primario.

Aunque puede ser muy incómodo, ser honestas sobre lo que estamos sintiendo es un paso importante para renegociar los acuerdos en caso de ser necesario.

Hacia una ética de los vínculos en relaciones abiertas

Entablar relaciones abiertas no implica un “vale todo” emocional. De hecho, estas dinámicas requieren un compromiso activo con la ética afectiva y el respeto por los acuerdos consensuados. Esto incluye no solo cuidar a la pareja de base, sino también ser honestas y respetuosas con las personas con quienes nos vinculamos.

La ética en este contexto no significa reprimir emociones, sino gestionarlas de manera que todas las personas involucradas se sientan respetadas y valoradas. Esto incluye estar dispuesto/a a renegociar acuerdos y a reflexionar sobre las expectativas que tenemos.

Acuerdos más realistas

Salir con alguien en el marco de una relación abierta sin “engancharse” es una tarea que a priori no podemos garantizar que pase. No se trata de evitar a toda costa los afectos, sino de gestionarlos de forma que si aparecen podamos ponerlos en cuestión, comunicar y tomar decisiones.

Las relaciones abiertas nos invitan a desafiar las narrativas tradicionales sobre el amor y el compromiso, y, como en cualquier tipo de relación, el camino implica aprender, adaptarnos y cuidarnos.

Escuchá la columna completa ACÁ:

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Los titulares se desprenden de las consultas que propone la audiencia en @lic.noeliabenedetto. Este espacio informativo no suplanta a una consulta con un/a profesional de la salud.

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