¿La pedofilia es una orientación sexual?
La Lic. Noe Benedetto nos da su mirada sobre un tema del que se está hablando actualmente a raíz de casos que trascendieron en los medios de comunicación: el abuso sexual en las infancias.
Por estos días, en el programa Intrusos, la psicóloga Celia Antonini declaró que la pedofilia es “una orientación sexual. Entonces pueden relacionarse normalmente, como cualquiera de los otros, pero el deseo sexual está puesto en menores de edad”.
Luego, en su Instagram publicó una aclaración: “no apoyo a la pedofilia. Fue un error decir orientación en lugar de trastorno. Fue un error verbal. Quienes vieron la entrevista quedó clara mi posición contra los pedófilos. Lamento no haberme dado cuenta en el momento, hubiera tenido la oportunidad de corregirme en el acto”.
Una sola palabra puede cambiar el sentido de lo dicho. Y así fue. Lo dije, refiriéndome a la pedofilia con la palabra equivocada y dando a entender algo que no pienso.
Si hubiera apoyado a la pedofilia, ni Flor de la V ni su equipo lo hubieran permitido. Y con toda razón. Agradezco que ellos hayan estado por encima de mi error y hayan comprendido el sentido de mis palabras.
“Lamento mucho lo sucedido y pediré disculpas las veces que sea necesario”. Esta frase se desprende de una entrevista con falta de perspectiva de género prosexo, donde se utilizó el término de “enfermas” para señalar a las personas que cometen violaciones. El abuso sexual no es una enfermedad, es un tipo de violencia.
Por otro lado, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) clasifica la pedofilia como un trastorno sexual (Trastorno parafílico) en su Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). Con la CIE-11, se secunda la diferenciación entre parafilia y trastorno parafílico. Así, el paso de parafilia inocua a trastorno radica en la ausencia de consentimiento válido de las personas involucradas, o en el malestar de quien practica la parafilia por el hecho de practicarla, o en la producción de riesgo para la salud o la vida.
Esto puede cuestionarse, dado que linkear a las violencias con patologías es una forma de minimizarlas.
Vamos a aclarar un par de cosas, para esto siempre viene bien la ESI.
Este discurso viene a colación de un concepto denominado MAP: Minor-attracted person (persona que se siente atraída por menores), y un movimiento MOP de Orgullo Pedófilo. El MAP es la sigla con la cual estas personas se tratan de diferenciar de las pederastas, ya que, según ellas, la atracción hacia personas menores de edad es una orientación sexual que debería ser aceptada socialmente. Se dividen en dos categorías: pro-contact y anti-contact y tienen tres objetivos: ser aceptadas socialmente, que la OMS remueva a la pedofilia de su lista de trastornos, y que sean incluidas dentro del colectivo LGBTQIA+.
La pedofilia se refiere al interés sexual en el que una persona adulta se siente atraída hacia personas infantes, prepúberes, generalmente menores de 13 años. La paidofilia puede causar un daño significativo a las infancias involucradas. También implica consecuencias legales debido a que las infancias y pubescencias no son consideradas aptas por la Justicia para consentir una relación sexual. Según el artículo 119 del Código Penal de Argentina, todo acto sexual en el que una de las partes sea menor de 13 años es considerado abuso, independientemente de si esa persona prestó su consentimiento. La definición jurídica considera la pedofilia como la atracción sexual de las personas adultas por cualquier niño/a o adolescente por debajo de la edad mínima de consentimiento sexual, según las leyes de cada país o jurisdicción. La pedofilia es ilegal en la mayoría de los países.
Por otro lado, la orientación sexual, se refiere a la atracción sexual hacia personas con una identidad sexogenérica en particular, por lo tanto, es un error conceptual confundir o equiparar la pedofilia con una orientación. En primera instancia, ninguna orientación sexual y/o afectiva tiene nexo causal alguno con violencias o patologías, tampoco se clasifican en relación a la edad de las personas involucradas, sino en función de la identidad de género de la otra persona o bien en función del espectro alosexual asexual. La pedofilia no es una orientación sexual.
El psiquiatra Enrique Stola se pronunció al respecto y dijo que “nunca es una ‘calentura momentánea’ como afirmó Roberto Piazza, siempre es un acto de poder y no se necesita ser psicópata o mentalmente enfermo para concretarlo. Tampoco es un asunto de la vida privada de las personas, el abuso hacia las infancias es un delito contra la integridad sexual”.
Entonces, para finalizar sexo es cuando hay presencia de consenso y consentimiento, a una edad en la que pueda darlo y Abuso es cuando hay ausencia de algo de lo anterior. El SEXO es sí o sí CON consentimiento, SIN consentimiento es ABUSO. Llamemos a las cosas por su nombre, no hablemos de relaciones sexuales no consentidas, son situaciones de violencia.
La columna de la Lic. Noelia Benedetto es auspiciada por PLAYBOYS CONDOMS, explorá con #modoplayboy.
+NOTIFY: Stealthing: sacarse el preservativo sin consentimiento