Karpolax: la tecnología que extiende la vida útil de las frutas
Dos jóvenes ugandeses crearon una bolsa vegetal del tamaño de un saquito de té que prolonga la frescura de las frutas al inhibir las enzimas responsables de su envejecimiento.

Karpolax es una start-up fundada en 2020 por el ingeniero civil Samuel Muyita y la química industrial Sandra Namboozo. Los oriundos de Uganda combinaron sus conocimientos en nanotecnología y ciencias agrícolas para desarrollar un sachet biodegradable que libera compuestos orgánicos volátiles derivados de plantas. Estos compuestos actúan como una “bomba inteligente” que ralentiza el proceso de maduración y protege las frutas contra mohos, bacterias y hongos, y extiende su vida útil hasta por 30 días.
El producto, del tamaño de una bolsita de té, se coloca junto a las frutas durante el almacenamiento y transporte. Con pruebas piloto realizadas con más de 100 agricultores, 20 exportadores y 250 vendedores en Uganda, Karpolax mejoró los ingresos de los productores en un 35%, al reducir las pérdidas postcosecha y facilitar el acceso a mercados más amplios.
La innovación de Karpolax se ubicó entre los 10 finalistas del Young Inventors Prize 2025 y ganó el segundo lugar en la competencia Milken-Motsepe Agritech. La empresa planea expandirse a mercados clave en África Oriental, como Kenia y Tanzania, donde la agricultura frutícola es un sector vital y existe una creciente demanda por soluciones sostenibles que reduzcan el desperdicio alimentario.
Un presente de desperdicio
Karpolax representa una solución prometedora para combatir el desperdicio de alimentos, mejorar la seguridad nutricional y contribuir a la sostenibilidad ambiental en un contexto global donde el 40% de los alimentos producidos no llegan a los consumidores. Samuel Muyita explica: “Con esta tecnología podemos sacar a la gente de la pobreza, hacer que el medio ambiente sea más seguro y cambiar el mundo”.
Sandra Namboozo destaca que uno de los principales desafíos es la lenta adopción tecnológica en África, debido a limitaciones en infraestructura y capacitación. Por ello, Karpolax apuesta a la colaboración con gobiernos y el sector privado para fomentar la educación, mejorar la accesibilidad y crear un ecosistema que impulse la innovación agrícola.
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