Innovación en diabetes tipo 1
Una paciente marca un hito en la producción de insulina.
Una mujer de 25 años de Tianjin, China, logró un avance notable en su tratamiento de diabetes tipo 1: tres meses después de recibir un trasplante de células madre reprogramadas, comenzó a producir su propia insulina. Este procedimiento la convierte en la primera persona en el mundo con esta enfermedad en recibir un tratamiento con islotes derivados de células madre pluripotentes inducidas químicamente (islotes CiPSC) para combatir su condición.
Desde los 75 días posteriores al trasplante, la paciente mantuvo una independencia continua de la insulina. Tras un año, los datos clínicos demostraron que cumplió con todos los criterios del estudio, sin señales de complicaciones vinculadas al trasplante.
Recientemente, el estudio fue publicado en la revista Cell, destacando los resultados de un grupo independiente en Shanghái, que en abril reportó un trasplante exitoso de islotes productores de insulina en el hígado de un hombre de 59 años con diabetes tipo 2. Este paciente también dejó de requerir insulina, lo que refuerza la efectividad de este enfoque.
Shusen Wang, del Instituto de Investigación de Medicina de Trasplantes de Tianjin, enfatiza la necesidad de más estudios clínicos sobre el trasplante de islotes de CiPSC para diabetes tipo 1, a pesar de que advierte que aún se está lejos de encontrar una “cura” generalizada. Este caso representa un avance a seguir de cerca en el futuro.
El tratamiento con células madre se presenta como una solución a la creciente demanda de trasplantes de islotes, una opción que actualmente enfrenta limitaciones debido a la escasez de donantes y la necesidad de inmunosupresores para prevenir el rechazo del injerto. Sin embargo, las células madre ofrecen una fuente potencialmente ilimitada de tejido pancreático, eliminando la dependencia de donantes externos.
El equipo de Deng Hongkui, de la Universidad de Pekín, desarrolló un enfoque innovador para reprogramar células madre. En lugar de utilizar proteínas que provocan la expresión genética, aplicaron pequeñas moléculas, logrando un mayor control sobre el proceso. Posteriormente, generaron grupos tridimensionales de islotes y probaron su seguridad en modelos animales antes de proceder con el trasplante.
En junio de 2023, los especialistas inyectaron alrededor de 1,5 millones de islotes en los músculos abdominales de la mujer, en una localización inédita para este tipo de procedimientos. A diferencia de los trasplantes en el hígado, donde las células son invisibles, esta nueva ubicación permite un seguimiento más eficaz mediante imágenes por resonancia magnética.
A solo dos meses y medio del trasplante, la mujer logró producir suficiente insulina para prescindir de dosis externas, manteniendo esta capacidad durante más de un año. Sus niveles de glucosa se mantuvieron estables, evitando peligrosos picos y caídas. Daisuke Yabe, investigador en la Universidad de Kioto, expresó su entusiasmo al señalar que, si este enfoque puede aplicarse a otros pacientes, representaría un avance extraordinario en el tratamiento de la diabetes.
Los otros dos participantes en el estudio también presentan resultados prometedores y se espera ampliar el ensayo a más personas en un futuro cercano. Aunque aún queda por determinar si las células iPS pueden reducir el riesgo de rechazo en pacientes diabéticos tipo 1, los avances hasta ahora son esperanzadores.
La mujer, que disfruta de una dieta variada tras su trasplante, refleja la posibilidad de un futuro más optimista para quienes padecen diabetes tipo 1. Jay Skyler, endocrinólogo en la Universidad de Miami, considera estos resultados “intrigantes” y subraya la importancia de replicarlos en un mayor número de pacientes antes de declarar una cura definitiva.
Este avance en la medicina no solo representa una esperanza para quienes enfrentan la diabetes tipo 1, sino que también destaca el potencial de las células madre para revolucionar el tratamiento de diversas enfermedades.