Hidrogel para frutas

Innovador vendaje biodegradable prolonga la vida útil de las frutas heridas.

Investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y la Universidad de Málaga han desarrollado un innovador hidrogel, de origen natural y biodegradable, que funciona como un vendaje para frutas con heridas. Este material se aplica sobre las zonas dañadas, creando una barrera protectora que impide la entrada de patógenos y reduce la pérdida de humedad, factores clave en el deterioro de frutas lastimadas.

El tratamiento ecológico y biodegradable promete disminuir significativamente el desperdicio alimentario, un problema global de gran magnitud. Formulado con ingredientes como el quitosano, un polímero obtenido de la quitina, y extractos vegetales con propiedades antimicrobianas, este hidrogel se presenta como una solución respetuosa con el medio ambiente y alineada con las exigencias de sostenibilidad de la industria alimentaria actual.

Además de ser una alternativa a los tratamientos químicos convencionales, este hidrogel permite prolongar notablemente la vida útil de las frutas postcosecha, manteniéndolas frescas por más tiempo y en mejores condiciones para los consumidores finales.

Según los expertos, las frutas con heridas representan una porción considerable del desperdicio alimentario a nivel mundial, ya que su rápida degradación limita su permanencia en los estantes. Con la aplicación de este hidrogel, se espera reducir tanto las pérdidas económicas para agricultores y minoristas como el desperdicio de alimentos, beneficiando así a toda la cadena de valor.

Actualmente, se están realizando pruebas a gran escala para evaluar la efectividad del hidrogel en diversas frutas y en condiciones reales de almacenamiento y transporte, con resultados iniciales prometedores. Se prevé que este producto pueda llegar al mercado próximamente, ofreciendo una alternativa innovadora y sostenible que contribuye a un futuro más responsable con el medio ambiente.

Este desarrollo se inserta en la tendencia global de buscar soluciones sostenibles que enfrenten los desafíos del desperdicio alimentario y la protección del entorno, mostrando cómo la ciencia y la innovación pueden generar un impacto positivo en la sociedad.

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