El consumo en supermercados cayó en marzo un 7,3 %
Las ventas en supermercados, mayoristas y farmacias caen en picada, mientras la confianza en el gobierno se erosiona.
El panorama del consumo masivo en Argentina se oscurece cada vez más. Un reciente informe de la consultora Scentia revela una caída significativa en las ventas durante marzo, con una variación negativa del 7,3% interanual en los supermercados. Esta retracción se extiende a todos los canales de venta, incluyendo mayoristas, autoservicios e incluso farmacias.
Este desplome en la actividad comercial enciende las alarmas sobre un pilar fundamental del plan económico del presidente Javier Milei: la percepción de la gestión gubernamental. Según la Universidad Torcuato di Tella, el índice de confianza en el gobierno ha caído un 4,4% en el último mes.
A pesar de los esfuerzos de las cadenas minoristas por atraer a los consumidores con ofertas, promociones y congelamientos de precios, la estrategia parece no estar dando frutos. Los argentinos, cada vez más golpeados por la inflación y la pérdida del poder adquisitivo, reducen sus gastos incluso en productos de primera necesidad como alimentos, bebidas, artículos de higiene y limpieza.
El panorama para el sector minorista es desolador, tal como lo describe el informe de Scentia. Las ventas en supermercados cayeron un 7,3% interanual, mientras que en los mayoristas la caída fue del 10% y en las farmacias del 20,2%. Los autoservicios independientes tampoco se salvan de la retracción, con una disminución del 7,6% en el mismo período.
Si bien el ministro de Economía, Luis Caputo, ha sugerido que la reticencia de los consumidores a comprar se debe a los altos precios fijados por los empresarios, la realidad parece ser más compleja. La caída en las ventas se observa en todos los canales y en todos los rubros, sin excepción.
Cada categoría del consumo masivo muestra una disminución en sus ventas: alimentos, bebidas alcohólicas, productos de higiene y cosmética, y productos de limpieza y para el hogar. Este descenso generalizado indica un claro deterioro del poder adquisitivo de los argentinos, que se ha acentuado desde diciembre pasado. Un ejemplo alarmante es la caída del 20% en la venta de leche durante el primer trimestre del año, un producto básico para la alimentación de muchas familia.
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