El adolescente que confesó el crimen de Joaquín Sperani fue liberado

Se trata de "L", el mejor amigo de la víctima, que estaba detenido en un centro penal juvenil tras declarar que mató al joven debido a una "fuerte discusión".

La justicia de Córdoba liberó al adolescente de 14 años que confesó haber asesinado a su amigo de la misma edad, Joaquín Sperani, el pasado 29 de junio. El joven, identificado como “L”, fue restituido al cuidado de sus padres, luego de pasar casi cuatro meses en un centro para menores de edad de la capital provincial.

La decisión fue tomada por el Juzgado Control, Niñez, Adolescencia, Penal Juvenil, Violencia Familiar, Género y Faltas de Laboulaye, a cargo de Sebastián Moro. En una resolución, se ordenó que “el joven no punible se reintegre a su medio familiar bajo la guarda de sus padres, en una residencia ubicada en otra localidad, es decir, fuera de Laboulaye”.

La medida fue cuestionada por la mamá de la víctima, quien consideró que es “injusto” que el asesino de su hijo quede en libertad. “No puedo entender cómo puede ser que un niño que mató a otro niño quede libre”, dijo María Laura Sperani en declaraciones a medios locales.

La Corte Suprema de Justicia de Córdoba justificó la decisión al sostener que la aprehensión infringía los derechos del niño en el marco del tratado que tiene Argentina. El fallo se basó en la Convención sobre los Derechos del Niño, que establece que los menores de 18 años no pueden ser condenados por delitos.

La causa

Joaquín Sperani fue asesinado a golpes el 29 de junio en la localidad de Laboulaye. El cuerpo del joven fue encontrado en un descampado con 18 heridas en la cabeza.

El adolescente “L”, quien era el mejor amigo de la víctima, confesó el crimen. Según su relato, ambos se encontraban discutiendo cuando él perdió el control y comenzó a golpear a Joaquín con un fierro y un pedazo de hormigón.

El joven fue detenido y trasladado a un centro penal juvenil. Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia de Córdoba ordenó su liberación, argumentando que la aprehensión infringía los derechos del niño.

Medidas impuestas

La liberación del adolescente es de carácter “provisoria”. Además, su familia no se podrá mudar “sin la debida autorización judicial”. Sumado a esto, impone de modo complementario que el joven se incorpore a un tratamiento multimodal psicoterapéutico, individual, grupal y familiar de tiempo prolongado, espacio al que también deberán sumarse los padres, para abordar las funciones inherentes al rol parental.

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