Demoliendo mitos sexuales: La verdad sobre el lubricante vaginal

Aclaremos conceptos erróneos y promovamos una sexualidad más saludable y libre de estigmas.

Por Lic. Noelia Benedetto -MP 8136-. Psicóloga y sexóloga con perspectiva de género. Terapeuta de vínculos sexo afectivos.

En la sociedad contemporánea, el sexo es un tema omnipresente que genera un sinfín de conversaciones, especulaciones y, por supuesto, mitos. Estos, arraigados en la cultura y la tradición, a menudo influyen en nuestras percepciones y comportamientos en torno a la sexualidad. Sin embargo, es crucial saber que muchos carecen de base científica y pueden contribuir a una comprensión errónea, prácticas poco saludables y malestares varios.

Desmitificando el uso del lubricante vaginal

Uno de los más arraigados es la creencia de que las vulvavaginas no necesitan lubricante adicional durante las relaciones sexuales, o que están solo reservados para personas que están atravesando procesos post oncológicos o en etapa de climaterio. Esta noción ha llevado a malentendidos, incomodidades y, en algunos casos, a daños físicos.

La verdad sobre la lubricación vaginal

Se ha difundido la idea de que las vulvaginas son naturalmente autolubricantes y que, por lo tanto, no necesitan lubricación adicional durante el sexo. Esta creencia ha llevado a muchas personas a asumir que la ausencia de lubricación es un indicador de falta de excitación o deseo sexual. Es cierto que las vaginas tienen la capacidad de producir lubricación de forma natural en respuesta a la excitación sexual. Esta es el resultado de la estimulación de las glándulas vulbovestibulares o “mal llamadas” de Bartholin, que segregan un líquido transparente que facilita la penetración o inserción de dedos u objetos durante el acto sexual.

Beneficios del lubricante

Contrariamente al mito popular, el uso de lubricante adicional no es una indicación de falta de excitación o deseo sexual, inclusive de sequedad crónica. De hecho, el lubricante puede ser una herramienta invaluable para mejorar la satisfacción, el placer y la seguridad (ayuda a que el preservativo no se rompa) durante las relaciones, independientemente de la cantidad de lubricación natural que se produzca. El lubricante proporciona una capa adicional de humedad y reduce la fricción durante la penetración, lo que puede prevenir la irritación, el dolor y las microabrasiones en la piel genital. Además, puede facilitar la penetración anal y vaginal, así como el uso de juguetes sexuales, aumentando la versatilidad y la diversidad de las experiencias sexuales.

Cambiando la percepción sobre el lubricante vaginal

Es importante tener en cuenta que no todos los lubricantes son iguales y que la elección del lubricante adecuado puede marcar la diferencia en términos de confort y seguridad. Los lubricantes de base acuosa son los más comunes y son compatibles con preservativos de látex y juguetes sexuales de silicona, mientras que los lubricantes a base de silicona ofrecen una mayor durabilidad y deslizamiento, pero no son compatibles con juguetes sexuales de silicona, sí con profilácticos de poliisopreno. Los a base de aceite no pueden utilizarse con preservativos de látex (y manchan sábanas y ropa).

A pesar de los beneficios evidentes del lubricante vaginal, muchas personas aún sienten vergüenza o estigma al considerar su uso. La presión social y los estándares irrealistas de la sexualidad pueden hacer que las personas se sientan inadecuadas o anormales por recurrir al lubricante, lo que perpetúa el mito de que las personas con vulva deberían autolubricarse naturalmente en todo momento.

Sin embargo, es fundamental cambiar esta percepción y fomentar una actitud más abierta y comprensiva hacia el uso del lubricante en el contexto de la sexualidad. El lubricante no es un indicador de fracaso, insuficiencia, déficit o patología sino una herramienta valiosa para mejorar el placer y el bienestar sexual de todas las personas involucradas.

La idea de que las vulvavaginas no necesitan lubricante adicional durante las relaciones sexuales es un re mito y al desmitificar esta creencia y promover una actitud más abierta hacia el uso del lubricante, podemos contribuir a una sexualidad más saludable, placentera y libre de estigmas.

Aclaración: Los titulares se desprenden de las consultas que propone la audiencia en @lic.noeliabenedetto. Este espacio informativo no suplanta a una consulta con un/a profesional de la salud.

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