Crece la preocupación por la adicción infantil a Roblox

Durante la pandemia, Roblox se convirtió en el refugio virtual de millones de niños que no podían reunirse con sus amigos. Hoy, lejos del encierro, el videojuego online aún ocupa un lugar central en la vida de los más chicos.

Con más de 350 millones de usuarios activos mensuales en todo el mundo, Roblox lidera el ranking global de plataformas de entretenimiento infantil. En la Argentina, ocupa el primer puesto de descargas de juegos online, con más de 800 mil descargas entre abril y junio de 2025, según la firma Sensor Tower.

“La mayoría de los padres no sabe qué es Roblox, ni cómo funciona, ni qué controles parentales existen”, señala la psicóloga infantojuvenil Melisa Pertica, especialista en neuropsicología clínica. Y advierte que el problema no solo radica en lo que ocurre dentro de la app, sino en el riesgo de una adicción temprana al juego.

Un diseño pensado para enganchar

Según los expertos, Roblox posee mecánicas que estimulan la liberación de dopamina y generan patrones de recompensa similares a los de una máquina tragamonedas. “Tiene un componente muy adictivo que setea a los chicos a una necesidad de dopamina muy alta a una edad en la que el cerebro todavía no está maduro y la capacidad de autorregulación es poca”, explica Pertica.

La plataforma permite crear y jugar miles de experiencias desarrolladas por los propios usuarios, lo que vuelve difícil monitorear el contenido y su adecuación a cada edad. Además, incluye dinámicas de azar, como las “loot boxes” o cajas sorpresa, que fueron prohibidas en países como Brasil, Bélgica o Australia.

“Ese mecanismo es muy adictivo y es el mismo que tienen las maquinitas tragamonedas. Genera el mismo efecto a nivel neuronal, llamado ‘error de recompensa posible’”, describe Pertica. La expectativa de un premio estimula la liberación de dopamina, aún cuando la recompensa no llega.

De qué se trata el videojuego 

Dentro del universo Roblox, los jugadores pueden adquirir una moneda virtual para comprar objetos o avanzar de nivel. Ese sistema de recompensas rápidas potencia la sensación de gratificación instantánea.

“La moneda virtual genera una sensación de recompensa rápida: pongo la tarjeta y en el momento me dan el premio. Eso en la vida real no sucede”, explicó Marcela Waisman Campos, neuróloga cognitiva y psiquiatra. “El exceso de recompensa inmediata es terrible. Cuantas más recompensas rápidas tenés, más difícil es soportar la espera que implican las recompensas lentas, cerró”.

Los especialistas coinciden en que prohibir el acceso no es la solución, ya que puede aislar a los chicos de sus pares. En cambio, recomiendan supervisión activa y límites claros.

“Se disminuye mucho el riesgo con control parental. Te permite crear una cuenta de adulto y vincularla a la de tu hijo, restringir el chat, limitar las compras y controlar el tiempo de uso”, aconseja Becerra.

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