Informe Especial a 40 años de Malvinas

Hace 40 años se escribió una de las páginas más negras de la historia argentina, el por entonces Presidente de Facto, Leopoldo Fortunato Galtieri ordenó al Ejercito Argentino entrar en guerra con Inglaterra, una de las mayores potencias mundiales, para así intentar recuperar la soberanía de las islas Malvinas ubicadas en el Atlántico Sur. Tras un intento de copar las islas, acompañados con un fuerte apoyo popular que fue producto de una campaña de manipulación mediática, los jóvenes argentinos fueron a ese combate sin ningún tipo de preparación y resistieron dos meses y doce días los poderosos embates del imperio británico para dar fin a ese absurdo conflicto el 14 de junio de 1982.

De este hecho trágico ni la música argentina pudo salvarse, pues también fue usada por los militares para intentar generar patriotismo y lograr apoyo popular. Así, muchas de las canciones que habían sido censuradas en los años de plomo del proceso militar dejaron de serlo y algunas obtuvieron mayor popularidad debido a la prohibición de la música en inglés. Acá viene la primera disyuntiva, para muchos el rock argentino empezó a tomar popularidad a partir de dicha prohibición, aunque para otros es un fenómeno que ya estaba en marcha hacia la masividad, pues un año antes Serú Girán había convocado 60 mil personas en La Rural, algo que los militares captaron perfecto, por eso quisieron utilizar el rock, que antes era el enemigo a vencer, como motivador de la juventud y no al folklore o al tango. El género también había mostrado su crecimiento en audiencia con la visita de Queen, un año antes. Sí,  justamente una banda inglesa.

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“A la música, particularmente lo que le ocurrió es que, de golpes y porrazos, se empezó a popularizar mucho el rock bajo la prohibición de pasar música en inglés en los medios de difusión: radio, televisión, etc”, cuenta el ingeniero de grabación Mario Breuer, quien por esos años recién había regresado de estudiar en Los Ángeles para trabajar el sonido de incipientes bandas que luego hicieron grandes obras del rock argentino.  “El rock argentino empezó a ocupar un lugar más importante, así que del golpe duro que significó la guerra para la música, sobre todo para el rock, hubo una vuelta de moneda importante. Todo en la vida tiene cara y seca, la guerra fue la seca y la popularización del rock fue la cara”.

Ahora bien, ¿cómo eran los recitales de rock antes de Malvinas? Andrés Calamaro, en 2020, nos hizo una especie de descripción de aquellos focos de resistencia cultural a la dictadura que eran los conciertos de rock. “En el 75 ir a recitales era muy complicado, mucha policía. Para los chicos más grandes que nosotros, peor: estaba la Triple A; para nosotros, la policía normal, la Federal que no llevaba balas. Como los recitales eran en el centro, San Telmo, directamente íbamos a  toxicomanía en avenida Huergo, que era como la tormenta perfecta”. Algo que se puso mucho más heavy a partir del Golpe Militar de 1976. “Para mí se hizo imbancable en un momento ir al Luna Park por los palos que sacaban para darnos fuerte haciendo fila para entrar. Y éramos pibes muy jóvenes”, reflexiona Calamaro.

Esta situación tal vez resulte extraña entender con los ojos de 2022 (o no tanto), lo cierto es que a partir de la guerra declarada aquel 2 de abril, con el objetivo -muy agarrado de los pelos- de generar patriotismo, se intentó legitimar el rock argentino que había sido despreciado en los años anteriores. Ahora el enemigo no era el rockero, era el ciudadano inglés, su música y sus costumbres. De hecho, la por entonces baterista de SumoStephanie Nuttal, quien había llegado de Inglaterra un año antes, tuvo que regresar a a su país a los 10 días de comenzada la guerra porque sus padres temían a un eventual bombardeo inglés y también a un ataque de los militares u hostilidades de la propia ciudadanía.

Festival de la Solidaridad Latinoamericana

Para lograr respaldo popular de los jóvenes, los militares de aquel entonces convocaron a los cuatro productores de shows de rock más importantes de esos años: Daniel Grinbank, Alberto Ohannian, Pity Irunigarro y Oscar López, a quienes engañaron pidiendo que organicen un festival con el cual recaudar alimentos y abrigos para ser enviados a los chicos argentinos que estaban peleando en la islas. De ahí surgió el Festival de la Solidaridad Latinoamericana, celebrado el 16 de mayo de 1982 en la cancha de Rugby de Obras Sanitarias, para el cual estos productores convocaron a las principales figuras de esos años: León Gieco, Luis Alberto Spinetta, Litto Nebbia, Raúl Porchetto, Charly García,  Nito Mestre,  Pappo (invitado por Dulces 16). Y también nuevas generaciones, como  Zas,  Juan Carlos Baglietto, Los Violadores y Virus.  Todos, salvo los últimos dos decidieron participar de aquel evento.

Stuka era muy amigo de Néstor Vetere, el bajista de Dulces 16.  Yo recuerdo estar en la casa de Hari B, todos sentados y Stuka dice: ‘Va a haber un festival, van a tocar los Dulces 16‘. Entonces le preguntamos, ¿festival de qué? Es para apoyar a los soldados de la guerra de Malvinas y se va a juntar comida, se va a transmitir por televisión. Entonces Pil dijo: ‘Esto es tocar para los militares, yo no les toco una canción'”, relata  Robert Polaco  Zelalek, bajita de Los Violadores a partir de 1983, pero miembro de la misma trup porque junto a Sandra, novia de Stuka, conformaban el grupo Trixy y Los Maniáticos.

El festival dividió las aguas para siempre. Por un lado están quienes acusan de colaboracionistas a los que participaron, por otro están quienes dicen que fueron engañados,  también están quienes creen que no les quedaba otra porque eran referentes, y por último aquellos que consideran que el rock, aún así, hizo resistencia al pedir paz en tiempo de guerra, ya que Raúl Porchetto cerró aquel festival con el tema Algo de Paz. “Porchetto andaba diciendo que cuando estaba en camarines, antes de subir al escenario, apareció un coronel armado y le dijo: ‘pibe a este tema Algo de Paz  no lo vas a tocar’  y parece que haciéndole frente a la situación el pibe dijo: ‘me chupa un huevo, lo voy a cantar igual'”, reconoce el mismo Polaco.

En esos tempranos 80 muchas bandas que luego serían pioneras estaban dando sus primeros pasos, como el caso de V8. quienes usaron la situación como inspiración. “De alguna manera fue el espíritu motivador, el combustible que nos permitió escribir a nosotros un montón de canciones. Junto con nosotros, Los Violadores  y otras tantas bandas más que estaban surgiendo, abrazamos esa temática, pero había un contraste muy grande con otras bandas que no. Estaban viviendo en una nube de pedos terrible”, relata Beto Zambarbide, cantante del grupo.

“Eso provocó un catapultamiento del rock argentino porque prohibieron pasar música extranjera, entonces las radios se encontraron con “¿Y ahora, qué carajo pasamos?” porque, básicamente, el artista argentino -sacando el folklore- prácticamente no existía en las radios. Entonces gracias a eso hubo un catapultamiento del rock argentino, el cual después se expandió por todos lados. El festival este fue como el puntapié”,  asegura el Polaco de Los Violadores.

Años más tarde, León Gieco admitió que Pil de Los Violadores tenía razón al haberse negado a participar y haberse enojado con quienes sí lo hicieron en aquel festival para 70 mil personas. Pues ninguna de las cosas recaudadas llegaron a los jóvenes argentinos que estaban peleando y el festival fue usado por los militares para logar apoyo.  Más allá de cualquier postura al respecto, es muy fácil juzgar el comportamiento del rock con los ojos de hoy,  desde la comodidad de nuestra casa y sin asumir ningún riesgo. Cada acción es hija de un tiempo determinado y de sus circunstancias. La guerra Malvinas es una herida que además de sangrar eternamente, nos genera contradicciones en cada análisis que hacemos.  Nadie es inmune a esta fecha.

Por Santiago Ramos 

Entrevistas a Beto Zambarbide y a Robert Polaco  Zelalek: Martín “gringo” Brizio

Producción: Cosquín Rock FM

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