Sabelo!

20 años de La Rústica, un bar que es parte de la religión

"Somos un bar políticamente correcto"

Así como a principios del siglo XX los clubes de fútbol y las sociedades de fomento funcionaron como nexos para unir a los criollos con los inmigrantes recién llegados de Europa y así generar una raíz institucional, cultural e identitaria; en el comienzo del siglo XXI las tribus urbanas que resistieron a la crisis del 2001 hallaron en los clubes de rock su espacio de encuentro, de resistencia, de aceptación y de identificación. 

La Rústica
La Rústica

En esos años post 2001, la diversidad de tribus (punks, hardcores, rastas, nü metaleras, heavys, alternativas, etc.) que circulaban por la ciudad de Córdoba ubicaban a sus pares en determinados lugares: el codo menos iluminado de la plaza del barrio, la esquina, el pub que pasaba su género musical favorito, la puerta de un recital, la rockería, etc. Estamos hablando de la era pre redes sociales, en la que ningún algoritmo te ofrecía lo que necesitabas on demand, sino que tenías que salir a la calle y, por señales tales como las mochilas, las remeras de rock, el corte de pelo o la música que escuchabas, te encontrabas con alguien que andaba en la misma que vos. 

La ciudad tenía una zona específica en la cual había un espacio para cada tribu: el Abasto. Transitar un sábado a la noche en ese lugar era un destino fijo a la diversidad cultural que ofrecía la contracultura cordobesa, totalmente opuesta al status quo conservador de la sociedad de esa época (y de todas las épocas), el status quo es justamente conservar lo establecido. 

En ese contexto tan ecléctico faltaba un lugar que aglutine a los fans del rock argentino, música que por esos años empezaba a adquirir popularidad como nunca antes había ocurrido. El regreso de los festivales de la mano de la creación del Cosquín Rock en 2001; la convivencia entre todos los clásicos (la mayoría de los pioneros del rock estaban vivos), las  bandas que habían renovado la escena en el “Nuevo Rock Argentino” de los 90’s y grupos ascendentes de rock barrial; la proliferación de radios dedicadas exclusivamente a su difusión; la identificación con las letras de los nuevos grupos que le cantaban a la esquina, y la falta de visitas internacionales, entre muchos otros motivos, contribuyeron a ese ascenso que hoy es doxa.

A esa ausencia de espacios para esa música la vino a llenar La Rústica, un pub que abrió con un par de premisas muy concretas: que sea puro rock argentino y que sea un lugar de encuentro con amigos. En poco tiempo el público lo tomó como propio y armó de ese sitio un punto de encuentro. Escuchar rock and roll, bailar con amigos, hacer la previa para un show importante o para un partido y cantar las canciones se constituyeron en un clásico del lugar.

“En el año 2003, cuando inauguramos, la zona desbordaba de cultura teniendo para el rock alternativas personalizadas. O sea, un bar para cada estilo de rock, como podía ser Ultra Pop Bar, El Mariscal, El Bebedero, entre otros. Cada uno tenía una temática y un estilo. Nosotros vimos que no había un bar de puro rock nacional, con música nueva, que era lo que íbamos a ver en ese momento, como Los Piojos o La Renga“, comenta Pablo Furlani, responsable del lugar. 

La Rústica
La Rústica

Se puede sumar a Casa Babylon como el templo alterlatino de ese entonces, El Ojo Bizarro como el lugar indie alternativo, Al Asif como el sitio el de nü metal o Pamplona como la casa matriz del rollinga cordobés, entre muchas otras propuestas direccionadas según la tribu.  “En ese momento para el rock barrial estaban Pamplona, La Ruina y Tequila. Aún así vimos que nuestro gusto era más fresco y más vivido por ser consumidores de ese rock que estaba llegando”, comenta Pablo para diferenciarse de estos  lugares que fuueron la precuela de La Rústica.

El público, que provenía en gran parte de jóvenes estudiantes recién llegados a Córdoba para empezar la universidad o adolescentes de barrio que andaban con su mochila de Intoxicados transitando por la ciudad, fue tan protagonista del lugar como lo fue en los recitales de las bandas que sonaban en el bar. 

“Nuestro público es muy especial porque es un público alegre, divertido”, afirma Pablo, y explica que “el bar siempre tuvo como slogan ‘rock y amigos’ y siempre se terminó bailando con algún que otro tema de (Carlos) Jimenez para cerrar la noche. Sabés que si venís a La Rústica te vas a divertir, y algún amigo/a nuevo te hacés, por más que vengas solo o sin plata”.

La Rústica

A 20 años de aquel inicio, La Rústica sigue tan vigente como en esos años, con una acumulación de dos generaciones de público. Para celebrar esta fidelidad se hará una fiesta el sábado 11 de marzo con Callejeros, Cabra de Peste, Cumbia Manija, Dj Volumen y muchas otras propuestas.

“Los 20 años son algo soñado para nosotros y para nuestros clientes porque muchos recién habían terminado la secundaria  cuando abrimos y ahora son profesionales, o madres y padres y por qué no abuelos. Entonces proponemos un viaje en el tiempo para festejar”, explica Furlani.

La Rústica

De este modo la noche tendrá números muy representativos para la historia del pub: “Con parte de Callejeros: Elio Delgado y Juancho Carbone, que fué ‘la banda’ en La Rústica (arrancamos juntos). Y seguimos con una banda nueva que nos gusta mucho que es Cabra da Peste  y que queremos que la gente de ayer y hoy la escuche porque tiene mucho para decir, porque si en algo siempre nos caracterizamos es en bajar línea. Somos un bar políticamente correcto”, deja en claro Furlani.

“Entre medio habrá bandas amigas que le van a poner condimento a la noche, además de toda la parafernalia que conlleva toda fiesta. Y para cerrar, como debe ser, bailando con Cumbia Manija, (de San Marcos Sierras), y con el gran DJ Volumen, Esteban Tazzioli (de Casa Babylon)“, cierra Pablo.

El caminito al costado del mundo seguro que conduce a lugares como La Rústica, dónde encontrar a un par, tomarse una birra y cantar una canción a viva voz es parte de la religión.

La Rústica

Por Santiago Ramos

Mirá También: Don Osvaldo suspende show: “Hay estándares de producción que no han sido garantizados

Volver al botón superior