Con jeans reciclados generan aislantes acústicos y térmicos de edificios

Esta innovación se presenta como una alternativa sostenible y amigable con el medio ambiente. 

Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid desarrollaron un material sostenible a partir de fibras de pantalones denim viejos que ofrece un rendimiento comparable al de los aislantes tradicionales. La innovación reduce emisiones de CO₂ y da una nueva vida a los residuos textiles.

Como explica la profesora María Ángeles Navacerrada Saturio, de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), “la eficiencia energética implica reducir el consumo de energía sin disminuir el confort ni la calidad de vida, proteger el medio ambiente y asegurar el abastecimiento de las generaciones futuras”. En ese contexto, los materiales de aislamiento cumplen un rol crucial.

Tradicionalmente, se utilizan productos como la lana de roca o la lana de vidrio, pero su producción implica un alto impacto ambiental. Frente a ello, surgen alternativas ecológicas elaboradas con fibras naturales o recicladas, que no son nocivas para la salud y aprovechan residuos textiles que, de otro modo, terminarían en los vertederos.

De los jeans al aislamiento eficiente

En un estudio reciente, un grupo de investigadores de la UPM empleó fibras de algodón provenientes del deshilachado de denims reciclados para crear un nuevo material aislante. Las fibras se procesan mediante un molino de cuchillas y luego se entrelazan por la técnica del punzonado, que utiliza agujas de alta velocidad para formar una red compacta sin necesidad de adhesivos químicos.

Producir un jean requiere de 11.500 litros de agua. Además, durante el proceso se generan 32 kg de dióxido de carbono y 10 kg de colorantes químicos.

Con esta técnica, el material logró una densidad de 80 kg/m³ y un espesor de 2,5 cm y una conductividad térmica de 0,038 W/mK, inferior al umbral de 0,05 W/mK que define a un aislante térmico eficaz. Este desempeño es comparable al de los materiales tradicionales empleados en la construcción.

En el aspecto acústico, el material también demostró un excelente comportamiento. Su coeficiente de absorción acústica (NRC) fue de 0,51, una cifra casi idéntica a la de la lana mineral (0,53). “La estructura porosa del material fabricado favorece este comportamiento absorbente”, destacó Navacerrada.

Menos emisiones y más circularidad

Además del rendimiento técnico, los investigadores subrayan el bajo impacto ambiental del proceso. La fabricación del material a partir de desechos textiles genera menos emisiones de CO₂ que la producción de aislantes convencionales. Sin embargo, advierten que el análisis debe contemplar todas las etapas del ciclo de vida: desde la obtención de materias primas hasta la gestión final de los residuos.

“La situación ideal sería disponer juntos el centro que proporciona los residuos textiles y el que genera el material”, apuntó la profesora. “Para hacer productos sostenibles, la producción y el consumo deben ser locales y evitar el transporte a larga distancia”.

Este tipo de innovaciones cobra relevancia en un contexto donde la gestión de residuos urbanos es un desafío creciente. La normativa europea establece que a partir de 2025 será obligatoria la recogida selectiva de residuos textiles y para 2030 quedará prohibido enviar al vertedero cualquier residuo que pueda reutilizarse o reciclarse.

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