Cómo una tradición nómada salva a las abejas en Yemen

En uno de los países más secos del mundo, los apicultores trasladan sus colmenas durante todo el año para seguir los breves ciclos de floración de árboles como el Sidr. Esta práctica ancestral, conocida como Tazeeb, se volvió clave frente al cambio climático, la deforestación y los pesticidas.

Muchos apicultores yemeníes siguen la antigua tradición del Tazeeb: trasladar las colmenas durante todo el año para aprovechar los cortos períodos de floración en distintas regiones. El país de Medio Oriente se caracteriza por la aridez y las lluvias impredecibles, por lo que esta práctica se volvió una forma de resistir ante el deterioro ambiental y la crisis económica.

El árbol de Sidr es clave para esta tradición. Este árbol espinoso, nativo de Yemen, florece apenas durante unas semanas en zonas remotas del país. De sus flores se produce una miel altamente valorada tanto por su sabor como por sus propiedades medicinales. 

Árbol de Sidr
Árbol de Sidr

Durante la breve temporada de floración, miles de apicultores se movilizan hacia regiones como Hadramaut, Hajjah, Ibb, Dhamar y Taiz. Una vez terminada la floración, los apicultores vuelven a mover sus colmenas hacia zonas más verdes donde las abejas pueden recuperarse, multiplicarse y seguir con la producción.

Lejos de ser una curiosidad cultural, el Tazeeb se volvió una respuesta práctica y eficaz a una realidad cada vez más hostil. Entre 2017 y 2020, el número de colmenas en Yemen creció en más de 100.000 gracias a esta técnica, según el Ministerio de Agricultura. Hoy se estima que hay 1.3 millones de colmenas en todo el país.

Los desafíos que aún enfrentan

A pesar de sus beneficios, el Tazeeb enfrenta amenazas crecientes. La tala ilegal de árboles de Sidr, usados como leña en medio de la crisis energética, avanza sin freno. También las fumigaciones con pesticidas (que buscan controlar enfermedades como la malaria) provocaron la muerte de miles de abejas. En algunos casos, los apicultores perdieron hasta un cuarto de sus colmenas por estas prácticas.

Además, el cambio climático agrava el escenario: las lluvias son cada vez más erráticas, aumentan las inundaciones y avanza la desertificación. En algunas regiones, como Shabwa y Tihama, los apicultores ya no regresan a sus lugares de origen. Pasan el año entero en viaje con sus colmenas.

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