¿Cómo impacta la depresión en la vida sexual de las personas?

Los últimos días trascendieron las noticias de que figuras públicas están atravesando por episodios depresivos como Karina “La Princesita” y Alejandro Sanz.

La depresión es un padecimiento mental e implica un estado de ánimo deprimido o la pérdida del placer o el interés por actividades durante largos períodos de tiempo. Puede afectar a cualquier persona, según datos de la OMS se estima que el 3,8% de la población experimenta depresión. A escala mundial, aproximadamente 280 millones de personas sufren depresión y es un 50% más frecuente entre las socializadas mujeres que entre los socializados varones. Un estudio de la revista médica Lancet, donde se analizaron datos de 204 países, arrojó que los trastornos depresivos han aumentado desde la pandemia por Covid en un 27,6%.

¿Cómo impacta la depresión en la vida sexual de las personas?

La depresión puede afectar a la sexualidad de forma global, tener un impacto significativo y muy diverso en las trayectorias sexuales de las personas. Algunas manifiestan que les cuesta iniciar el día, levantarse de la cama, registran desgano, cansancio, apatía, y anhedonia, lo que provoca que se dejen de hacer cosas que antes se disfrutaban como, por ejemplo, la actividad sexual individual y compartida. Estos son algunos de los de los escenarios posibles:

• Disminución del deseo sexual: La falta de interés en actividades placenteras, incluida la intimidad sexual, es un síntoma de lo más común y puede afectar a las personas de diferentes maneras y a distintos niveles de intensidad. A algunas les repercute en una alteración de su libido sexual y en la capacidad para disfrutar de las fantasías sexuales
• Problemas de excitación: Las personas con pene pueden experimentar dificultades para lograr o mantener una erección (dificultad erectiva), mientras que las personas con vulva pueden tener dificultades para lubricar.
• Dificultades para experimentar sensaciones orgásmicas: Preorgasmia y dificultades en la eyaculación.
• Autoestima e imagen corporal: La depresión a menudo está relacionada con bajos puntajes en los indicadores de autoestima y una percepción negativa del propio cuerpo. Las personas pueden sentirse menos atractivas o más inseguras con su apariencia física, lo que puede disminuir su deseo de participar en actividades sexuales o eróticas.
• Problemas de comunicación: Puede dificultar la comunicación abierta y asertiva en una relación. Las personas pueden tener dificultades para expresar sus preferencias sexuales, sentir que no pueden “cumplir”, lo que puede generar tensión y frustración, y en consecuencia afectar la intimidad emocional y sexual en los vínculos.
• Efectos secundarios de los antidepresivos: La vida sexual de una persona que padezca depresión y que tenga que tomar medicación no solo se ve limitada por el cuadro en sí mismo, sino también por el tratamiento farmacológico utilizado. Algunos de los efectos adversos sobre la respuesta sexual son: baja de deseo sexual, disminución de la excitación (erección y lubricación) y retardo en la vivencia orgásmica, además náuseas o dolor abdominal, somnolencia. 

Si te está sucediendo algo de esto, es importante consultarlo con tu profesional tratante para ver qué alternativas existen, pero en ningún caso será una buena idea abandonar o modificar el esquema farmacológico por nuestra cuenta.

Alrededor de un 75% de las personas que conviven con depresión reconocen tener problemas sexuales. Esto no es sistemático, es decir, no toda persona con depresión padece dificultades sexuales; esto puede variar de una persona a otra y no todas experimentarán los mismos problemas.

Además, se torna importante reconocer que estos efectos pueden ser bidireccionales, es decir, la depresión puede afectar la vida sexual y, a su vez, los problemas sexuales pueden contribuir a la aparición o mantenimiento de la depresión.

Es fundamental abordar tanto la depresión como las dificultades sexuales de manera integral e interdisciplinaria con el apoyo de profesionales especialistas. Te sugiero que hables de los malestares e incomodidades de tu vida sexual, no tan solo con las personas que te vinculás, también con el equipo o profesional tratante, aunque te provoque vergüenza, o sientas que es un tema “no tan relevante” al lado de tu estado anímico general. Suele ser un tema invisibilizado, ya que al ser un tema aún tabú no salen frecuentemente estos temas en la consulta.

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