Científicas olímpicas: Rompiendo esquemas y marcando historia
Cuatro mujeres demuestran que la ciencia y el deporte de alto rendimiento van de la mano.
Los Juegos Olímpicos de París no solo han sido una fiesta del deporte, sino también un claro ejemplo de cómo la ciencia y el alto rendimiento pueden ir de la mano. Y es que cuatro mujeres, referentes en sus respectivas disciplinas científicas, han demostrado que es posible ser una experta en neurociencia y volar sobre una tabla de skate, o combinar física cuántica con la velocidad de un rayo en la pista.
De la neurociencia a la pista de skate
Charlotte Hym, la neurocientífica francesa, nos ha dejado a todos boquiabiertos con su desempeño en el skateboarding. Esta joven de 31 años, que ya participó en Tokio 2020, ha investigado a fondo el impacto de las voces maternas en el desarrollo cerebral de los bebés. Sin embargo, su pasión por el deporte la ha llevado a dedicar gran parte de su tiempo a perfeccionar sus trucos sobre la tabla.
Física cuántica y atletismo: una combinación explosiva
Louise Shanahan, la física cuántica irlandesa, es otro claro ejemplo de cómo la ciencia y el deporte pueden complementarse. Esta atleta de medio fondo, que ha logrado colarse entre las ocho mejores corredoras de 800 metros a nivel europeo, combina sus entrenamientos con investigaciones sobre el uso de nanocristales de diamante para estudiar las propiedades de las células.
Matemáticas y ciclismo: una ecuación perfecta
Anna Kiesenhofer, la matemática austriaca, nos demostró en Tokio 2020 que los números también pueden llevarte al podio. Esta ciclista, que comenzó a pedalear como un simple medio de transporte, ha desarrollado una metodología única que combina el rigor matemático con la intuición deportiva.
Neurociencia y velocidad: la fórmula del éxito
Gabrielle Thomas, la velocista estadounidense, es otra de las científicas que ha brillado en París. Esta neurocientífica, que ha estudiado en la prestigiosa Universidad de Harvard, ha logrado combinar su pasión por la ciencia con su talento para la velocidad. Su medalla de oro en los 200 metros es una clara muestra de que la inteligencia y la fuerza física pueden ir de la mano.
Estas cuatro mujeres nos demuestran que los estereotipos están hechos para romperse. Son un ejemplo inspirador para todas aquellas jóvenes que sueñan con combinar su pasión por la ciencia con el deporte de alto rendimiento.