Bajante extraordinaria del río Paraná

A pesar de las mejoras que se registraron en el mes de octubre, la bajante en el río Paraná permanece lejos de sus parámetros normales y muy por debajo del nivel de aguas bajas.

La bajante del río Paraná es la más larga de la historia y se estima que continuará hasta fin de año. El descenso de la altura del río comenzó en marzo de 2020 y, desde entonces, no volvió a sus niveles previos.

El Instituto Nacional del Agua (INA) advirtió ayer que la situación en el río Paraná continúa siendo “preocupante” debido al bajo nivel de caudal existente, aunque remarcó que se encuentra “sensiblemente mejor” que hace dos años gracias a precipitaciones ocurridas en 2022.

Extrema sequía del río Paraná

Con el correr de los meses las consecuencias de la bajante en el río Paraná empiezan a medirse y su impacto sobre el ecosistema local es notable. 

El fenómeno que comenzó en marzo de 2020 dejó como saldo la mortandad de miles de cabezas de ganado y pérdida de cosechas a causa de la extrema sequía. Además, con arroyos y lagunas secas en Santa Fe, la pronunciada bajante también provoca estragos en la reproducción de especies ictícolas.

Según detalla el ministro de Producción de Santa Fe, Daniel Costamagna, se perdieron unas 3.000 cabezas de ganado por la extrema sequía en el norte de la provincia. La prolongada ausencia de lluvias en toda el área es una situación de “extrema gravedad” que incluso se asemeja a lo ocurrido en el año 2008-2009.

A fines de noviembre de 2022, productores de soja de primera, del centro y norte de la provincia se vieron forzados a paralizar los trabajos de siembra debido a las elevadas temperaturas que provocaban falta de humedad en los suelos.

Según un informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, se prevé que las exportaciones de granos y subproductos podrían caer este año entre US$ 9.226 millones y US$ 14.115 millones debido a la sequía.

Otra de las consecuencias por la sequía que castiga desde hace meses a esta región, es que los arroyos, riachos y lagunas comenzaron a secarse.

“El arroyo del Medio, límite natural entre Santa Fe y Buenos Aires, luce con su cauce seco y lo mismo se observa en las lagunas de El palmar y Cristal, en el departamento Vera, en el norte santafesino”, dijeron a Télam voceros de El Paraná No se Toca.

Sequía y calor

En tanto, la sequía, el intenso calor y la bajante del Paraná “también están causando estragos en la fauna ictícola del río”, reveló Pablo Cantador, de la organización ecologista rosarina El Paraná No se Toca.

“La reproducción de sábalos que se advirtió cuando repuntó el río Paraná, en diciembre 2022, ahora se perdió al secarse también lagunas y arroyos”, agrego Cantador.

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