Alternativa a la purpurina
Investigadores encuentran un sustituto ecológico a la purpurina convencional.
Un grupo de científicos de la Universidad de Melbourne, en Australia, encontró una posible solución: los nanocristales de celulosa. Este material, derivado de fuentes vegetales, podría reemplazar a la purpurina hecha de plástico, que no solo contamina el océano, sino también los suelos en los que se desecha.
Para evaluar el impacto de estos productos en el medio ambiente, se llevó a cabo un estudio que analizó los efectos de la purpurina convencional y la de celulosa en la salud de los colémbolos, pequeños insectos que desempeñan un papel crucial en los ecosistemas terrestres al descomponer la materia orgánica.
Los resultados del estudio fueron alarmantes: los colémbolos que vivían en suelos contaminados con purpurina plástica y metálica, en una concentración de mil miligramos por kilogramo de suelo, mostraron una reducción del 61% en la cantidad de crías producidas en comparación con aquellos que habitaban suelos limpios. Esto indica que la purpurina plástica tiene un efecto negativo significativo en la reproducción de estos organismos.
En cambio, los colémbolos expuestos a la purpurina de celulosa no presentaron efectos tóxicos ni negativos, lo que sugiere que este material podría ser una alternativa segura.
El siguiente paso en la investigación consiste en evaluar cómo se comportan los nanocristales de celulosa en el agua, para garantizar que también sean seguros para los ecosistemas marinos.
Es importante destacar que la purpurina convencional no es biodegradable. Este tipo de purpurina ya está prohibido en países como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y en toda la Unión Europea debido a su impacto ambiental.
Además, muchas de las partículas de purpurina son tan pequeñas que escapan al sistema de alcantarillado, provocando la contaminación de ríos y océanos. Al eliminarse durante el baño, pueden ser ingeridas accidentalmente por la fauna acuática, lo que contribuye aún más a la crisis de contaminación.