Córdoba cerró dos basurales a cielo abierto
Se trata de los ubicados en Altos de Chipión y La Paquita, localidades del departamento San Justo.

El Ministerio de Ambiente y Economía Circular de la provincia argentina de Córdoba en coordinación con los gobiernos municipales, decidió cerrar los basurales a cielo abierto de Altos de Chipión y La Paquita. La acción forma parte de un plan integral para mejorar la gestión de residuos.
La ministra Victoria Flores resaltó la relevancia del cierre y el compromiso asumido por las localidades involucradas. “Con esta medida iniciamos un proceso que refuerza el modelo de economía circular”, afirmó. Además, subrayó que eliminar estos focos de contaminación no solo mejora el ambiente, sino que también impulsa cambios estructurales en el manejo de los desechos.
El saneamiento de los predios se realizó con maquinaria especializada, entre ellas, una topadora, una retroexcavadora y un camión váter, todos provistos por la cartera ambiental. Paralelamente, los municipios adoptaron estrategias de economía circular y comenzaron a trasladar los residuos a una planta de tratamiento regional.
En Altos de Chipión, la recolección diferenciada ya está en funcionamiento, complementada por un Centro Ambiental que permite el acondicionamiento y comercialización de materiales reciclables. La localidad incorporó una prensa hidráulica y una chipeadora para residuos vegetales y para reducir el volumen de desechos.
Por su parte, La Paquita avanza en la clasificación de residuos en celulósicos y plásticos, los cuales son enviados al Ente Regional de Porteña para su procesamiento y reciclaje. Este sistema optimiza recursos y minimiza la contaminación ambiental.
El problema de los basurales
Argentina enfrenta un problema crítico con la proliferación de basurales a cielo abierto: según datos de Naciones Unidas, existen alrededor de 5000 sitios de este tipo en el país. En América Latina y el Caribe, un tercio de los residuos urbanos terminan en estos vertederos, lo que genera consecuencias ambientales y sanitarias alarmantes.
Los desechos acumulados liberan gases de efecto invernadero responsables del cambio climático y representan un 5% de las emisiones globales. Además, al no contar con barreras impermeables, los lixiviados contaminan el suelo y las fuentes de agua potable. Este líquido, resultante de la descomposición de los residuos en contacto con el agua de lluvia o subterránea, transporta sustancias tóxicas que pueden afectar gravemente los ecosistemas y la salud humana.
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