¿Cómo comunicarse asertivamente?

Siempre que hablamos de salud mental y relaciones sexoafectivas planteamos que uno de los pilares fundamentales es la comunicación, pero no de cualquier tipo, sino una comunicación asertiva. ¿Qué queremos decir con esto?

Siempre que hablamos de salud mental y relaciones sexoafectivas planteamos que uno de los pilares fundamentales es la comunicación, pero no de cualquier tipo, sino una comunicación asertiva. ¿Qué queremos decir con esto?

¿Qué es la asertividad?

Se usa para describir un modo de comunicación, “en criollo”, sería saber expresar lo que nos pasa, sentimos, pensamos, qué nos gusta, qué no, cómo nos gusta, etc., considerando qué quiere saber, oír o hablar esa otra.

Es una habilidad social y una forma de comunicación en la que, clara y respetuosamente, expresamos nuestros deseos, necesidades, posturas y límites, sin agredir ni someternos a las demás. Se llama asertividad a la capacidad de autoafirmarse y de defender los derechos y decisiones propias, respetando los de las demás. Además de ser clara al comunicarse, una persona asertiva es también una buena oyente. 

Es una habilidad social que se aprende. Lograr asertividad no es fácil. Hay personas que la desarrollan de forma intuitiva, tratando de no caer en la pelea o en la evitación.

La asertividad es un conjunto de pensamientos, sentimientos y conductas que hacen que nos sintamos respetadas y respetemos a las otras. 

  • PENSAMIENTOS asertivos son: «Tengo derecho a quejarme y me quejaré», «No estoy de acuerdo en esto, aunque todos piensen de forma distinta», «Entiendo que X se sienta así, pero yo lo siento de otra manera».
  • Los SENTIMIENTOS asertivos: Seguridad y coherencia.
  • Las CONDUCTAS asertivas son todas las que reflejan el respeto hacia una misma, igual que hacia las demás: expresar una opinión, aunque esta sea impopular; saber decir «no» sin agredir; discrepar o discutir, etc.

  • Los PENSAMIENTOS no asertivos son aquellos que temen o sobrevaloran la opinión de las demás en detrimento de la propia: «Van a pensar que soy un…», «Si digo esto, me van a rechazar», «Si me muestro como soy, voy a quedar como…».
  • Los SENTIMIENTOS no asertivos son los que se sienten cuando se supedita la propia persona a la evaluación de las demás: inseguridad, miedo, vulnerabilidad, pero también ira, desesperación.
  • Las CONDUCTAS no asertivas pueden situarse en dos polos opuestos: pueden ser las llamadas conductas pasivas: callarse, seguir el juego de otra(s) persona(s), sobreadaptarse a los deseos de la otra persona; o las conductas agresivas: faltar al respeto, imponer, abusar. Aunque parezcan contrarias, ambas se nutren de una excesiva dependencia de los demás.

La asertividad incluye las siguientes capacidades:

1) Decir NO.

  • Contraponerse a algo que otras personas quieren que hagamos y nosotras no.
  • Expresar una opinión contraria a la de las demás, sin agredir.

2) Realizar peticiones.

  • Expresar la presencia de un problema, cuando se siente que lo hay.
  • Pedir un cambio de conducta a alguien que sentimos que no nos respeta.
  • Pedir una acción concreta que sentimos que merecemos, por ejemplo, un reconocimiento.

3) Autoafirmarse.

  • Reaccionar cuando sentimos que no se nos está respetando, sin agredir.
  • Plantear nuestro derecho a ser escuchada, atendida, respetada.

4) Resolver el conflicto de forma que se respeten todas las partes.

  • Reaccionar satisfactoriamente ante críticas.
  • Emitir críticas de manera respetuosa.
  • Negociar acuerdos.

5) Expresar adecuadamente los sentimientos.

  • Expresar tanto los sentimientos negativos como los positivos, sin que ninguna de las partes se sienta agredida.

Veamos un ejemplo:

Imaginemos que vamos a la casa de alguien con quien estamos saliendo desde hace un tiempo, estamos en la habitación y comienza a tocarnos de una manera que no nos resulta placentera o satisfactoria. Hay consenso y consentimiento.

A) Respuesta con el modelo de comunicación pasivo:

La dejo pasar y no digo nada, pienso que “no me importa cómo me toca”.

Consecuencias: No estoy respetando mis derechos, estoy evitando el conflicto, no se soluciona el problema, me genera malestar. Lo más probable es que esta situación se repita.

B) Respuesta con el modelo de comunicación agresivo:

Me levanto enojada y le digo “¡Pará! No servís ni para tocarme, estás haciendo todo mal, para esto me quedaba en mi casa”.

Consecuencias: Consigo que deje de hacer lo que estaba haciendo y se dé por enterada que la forma no es de mi agrado, pero sin respetarla, hiriendola. La otra persona puede que tome a mal esta reacción, se sienta rechazada o bien que la invalide, pero tampoco tiene espacio para revisar qué es lo que tendría que cambiar porque no se lo he planteado, la estoy atacando sin ofrecerle alternativas posibles.

C) Respuesta con el modelo de comunicación asertivo:

Le pido que paremos lo que estamos haciendo y le digo: “Me gusta estar con vos y disfruto mucho de este momento pero particularmente esto que estás/estamos haciendo me está doliendo/molestando/no me gusta/cuando me tocás de esa manera, no me siento cómoda. ¿Podemos hacer otra cosa? ¿Te puedo mostrar cómo me gustaría? Prefiero que me toques de esta otra manera (y explicar cómo te gusta ser tocada)”.

Consecuencias: Con esta respuesta, estás expresando tus sentimientos y necesidades de una manera clara y directa, sin culpar ni juzgar a la otra persona. Además, estás ofreciendo una solución alternativa que pueda satisfacer tanto tus necesidades como las de la otra, permitiendo que ambas disfruten del encuentro de una manera más satisfactoria y respetuosa. La respuesta no solo será receptada, sino que es probable que nuestra acción sirva para que no se sostengan en el tiempo y que dé lugar a que sucedan cosas que nos resulten placenteras para todas las partes.

Recomendaciones:

  • Hablar desde el “yo” y no desde el “vos”: Las afirmaciones nos ayudan a enfocarnos en nuestros propios pensamientos, sentimientos y necesidades, así como a reconocer los ajenos: “yo siento”, “yo quiero” o “yo pienso”. Ej: YO me siento ____ por esto que pasó.
  • Al grano y sin vueltas: expresar la situación concreta, el sentimiento que crea la situación y la consecuencia, es decir el efecto que tiene sobre la conducta.
  • Escuchar activamente: no escuchar para responder, escuchar para entender.
  • Evitar juicios de valor.
  • Evitar generalizaciones como “nunca” y “siempre”.
  • Tomar en cuenta el lugar y el momento: empatía y tacto.
  • Expresar ideas sin sentirte culpable.
  • Defender aquello en lo que crees, aún si las demás no están de acuerdo.
  • Conocer tus derechos y saber hacerlos válidos.
  • Reaccionar a las críticas de manera no defensiva.
  • Reconocer los errores.

Es importante revisar cuál es nuestro estilo habitual de comunicación en momentos de conflicto y probar otras alternativas. Practicar expresar las disconformidades de forma clara y firme, pero manteniendo un enfoque amable. No esperar a una crisis para poner esto en práctica; hay que empezar con asuntos sencillos, para ir desarrollando la habilidad y poder hacerlo en situaciones difíciles. Cuando somos asertivas podemos comunicar nuestras preferencias, límites, consensos y consentimientos de manera clara y directa, lo que ayuda a que nuestra experiencia sexual sea placentera y respetuosa. 

+NOTIFY: ¿Cómo sobrellevar una relación cuando entre ambas partes los gustos sexuales son distintos?

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