Introducción a la “no monogamia”
En su columna semanal la Lic. Noelia Benedetto nos introduce al mundo de la "no monogamia".
Como cada semana en Notify hablamos con la Licenciada en Sexología, Noelia Benedetto para que nos de data de la buena. En esta ocasión, nos introduce al mundo de la “no monogamia”.
Las no monogamias son todas aquellas dinámicas vinculares donde se rompe con algún tipo de exclusividad, ya sea la afectiva, la sexual o ambas.
La mayoría nos identificamos con la monogamia, ya que es la única forma que hemos aprendido para vivir nuestras relaciones, tenemos una incapacidad para imaginar modelos alternativos. Es lógico, ya que casi no contamos con otros referentes; llevamos toda la vida consumiendo productos culturales mononormados: cuentos, dibujos animados, cine. Y esto lo podemos trasladar a la vida real, donde todo está hecho para parejas: 2×1, sorteos, voucher de viaje, etc.
En principio hay que diferenciar entre unión monogámica (unión de dos personas en un vínculo sexoafectivo) de la monogamia como un modelo de relación afectivo-sexual basado en un ideal de exclusividad sexual y afectiva entre dos personas y para toda la vida; y de la MONONORMA, que consiste en un sistema normativo que prescribe conductas afectivas, sexuales, sociales y políticas.
Mononorma
Es una norma que sostiene y reproduce que la única forma legítima de vivir los vínculos es a través de la pareja monogámica. Todo lo que no está dentro de esta estructura es acusado de falso, desviado, patológico, inmaduro, insuficiente o inmoral.
La mononorma establece que sólo existe amor verdadero (amor romántico) cuando hay una relación exclusiva entre dos personas que son fieles entre sí, conviven y tienen un proyecto de vida común.
Lo complejo de la cultura de la monogamia no es la cantidad de personas con las que tenemos sexo, sino la exclusividad sexual y afectiva como ideal y la represión que conlleva, la posesividad, la dueñidad y los celos, la gran dependencia emocional y económica, la violencia en las rupturas. La misma lógica posesiva que utilizamos para los bienes materiales es la que se aplica a las personas. Esto no afecta únicamente a aquellas personas que mantienen relaciones monógamas, sino que nos afecta a todas.
Estamos discutiendo el número de personas cuando lo que hay que poner en cuestión es:
- Amor romántico .
- Capitalismo y competitividad jerarquías .
- Exclusividad sexual y afectiva.
Tipos de orientaciones relacionales
Monogamia
Relación donde se requiere una exclusividad afectiva y sexual, es decir, los miembros no pueden vincularse sexualmente con otras personas ni sentir emociones afectivo-románticas fuera de la relación. También puede llamarse relación cerrada.
Amor libre
Formas de relacionarse sexual y afectivamente que como primera premisa no presuponen la propiedad de las personas con las que nos vinculamos, ni el cuerpo, deseo, tiempo y sentimientos de las mismas.
No monogamia concensuada
Relación donde se rompe con algún tipo de exclusividad, ya sea la afectiva, la sexual o ambas. También se le puede llamar relación abierta.
En lo sexual, se consensúa relacionarse abiertamente solo desde lo sexual. Se puede tener solo un “amor” y varias relaciones sexuales. Mientras que en lo afectivo, se puede mantener varias relaciones afectivas pero no sexuales. La sexualidad se reserva sólo para una persona.
Poligamia
Relación que amplía la exclusividad sexual y afectiva con más de una persona. Donde hay un contrato matrimonial de por medio, ligada a las tradiciones y a las culturas. Existen dos tipos: la poliginia (hombre que se casa con varias mujeres) y la poliandria (mujer que se casa con varios hombres). La diferencia principal con el poliamor es que se amplía la relación, pero sigue siendo un vínculo cerrado.
Poliamor
Relación donde se rompe con la exclusividad sexual y afectiva. Hay pleno conocimiento y consenso por todas las partes. En el poliamor, todos los miembros pueden tener otras relaciones, y esas pueden conocer a otras personas generando así una cadena de vínculos.
Podemos encontrar diversas categorías:
- Poliamor jerárquico: Existe una relación principal y después relaciones secundarias, terciarias, etc. La categorización se realiza en base a privilegios y no está ligada a los sentimientos. Es decir, la relación principal conserva privilegios que el resto no tiene, como pueden ser vivir juntos, tener hijos o dedicarse más tiempo.
- Poliamor no jerárquico: Existen diferentes relaciones sin jerarquías. Todas están a un mismo nivel. Se utilizan etiquetas para definir mejor el tipo de relación que se mantiene (afectivo-romántica, de amistad, sexual, etc.).
- Anarquía relacional: No se etiquetan las relaciones ni se mantienen las jerarquías. Se entiende que cada vínculo es único en sí mismo y, por lo tanto, no se puede definir o categorizar. Eso hace que relaciones románticas y amistosas queden a un mismo nivel, prescindiéndose de las etiquetas sociales (sus obligaciones y derechos) y creando en su lugar nuevas fórmulas.
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Las relaciones no monógamas comparten pilares comunes: conocimiento, consenso y consentimiento de todas las partes implicadas. Hay diferentes maneras de plantear una relación y no hay una forma que sea mejor que otra. Tampoco hay formas que impliquen más o menos amor y ningún formato puede prometer la anulación de la angustia.
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La solución a la cultura monógama no es establecer un nuevo modelo de relaciones afectivas y sexuales que sea políticamente correcto, descalificando aquellos que siguen teniendo relaciones monógamas.
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Ningún modelo universal se puede adaptar a las necesidades individuales de todos los individuos. Contra lo que tenemos que luchar es contra la mononorma. Una relación saludable se encuentra en el equilibrio entre la dependencia total y la independencia total. No confundamos ser independientes con no estar pendientes.